Quedó sellado. No hay nada más que podamos hacer. Tres presentaciones en casa y tres empates que se suman a las dos derrotas por goleada de visita para un saldo nada positivo. Tres puntos, lánguidos y sin sabor.

Lo de la noche del jueves fue la muestra más triste de lo que es la actualidad del Deportivo Cali, ver y sentir que en el campo hay once jugadores que les importa cualquier cosa menos que defender al equipo, hacer respetar la divisa, honrar la camiseta. Corrijo, no fueron once, fueron nueve porque Fabián Sambueza y Luis Hurtado pusieron un poco mas que el resto.

¡Muertos, muertos! les gritaban de la tribuna mientras demoraban los saques de banda, dilataban los cobros libres en terreno propio, iban a los choques sin fuerza, evitaban hacer una precisa diagonal y puedo seguir, porque ejemplos de eso que antes hacíamos hasta con poesía de por medio ahora es un bonito recuerdo que alguna vez sirvió de piedra de salvación pero que ahora es la prueba contundente de que a los jugadores simplemente no se les da la gana.

Si hubo lesiones de por medio, si hubo sancionados, si hay bajo nivel y si, el profe Castro se ha equivocado repetidamente en la confección de la titular, en la reacción temprana a los tiempos del partido y en leer a sus dirigidos. En el partido ante el Bolívar vimos como un equipo de táctica limitada nos mostraba que no tenemos alguna. Penoso.

Nuestro presidente, Alvaro Martínez, recientemente declaró que la meta en Copa era llegar a la semifinal, bueno, se tuvo confianza a pesar de, también, declarar que con los refuerzos se equivocaron. La política del 70-30 tan discutida por estos días por aquellos que solo ven las estrellas en el escudo y no conocen el corazón de la empresa, le ha permitido al club sanearse financieramente y salir a flote de lo que se veía sería una crisis parecida a la de 1983. Esta misma política, 70% de la nomina canteranos y 30% no canteranos nos dio un titulo, por empuje y amor propio sumado a la practicidad, contundencia y simpleza del fútbol que ya no se ve. Pero nos confiamos y creímos que los jugadores que se quedaron iban a ser suficientes para un compromiso del tamaño de la Copa Libertadores. Lo eran, seguro que si,  porque tienen el fútbol y el talento para sacar lo que sea adelante, el tema es que no han tenido, al menos desde mi punto de vista, la voluntad.

El 30%, los no canteranos, deben marcar una diferencia y quienes se quedaron (Hernández, Lozano, Perez) sumados a los que llegaron (Banguero, Godoy, Bianchi, Sambueza) no lo hicieron. ‘El Chino’ Sambueza, como les decía, se salva porque fue el único que ante Bolívar puso algo.

En Copa Libertadores queda el partido en La Bombonera ante un Boca Juniors clasificado en donde, el equipo que viaje, debe ir, al menos, con algo de vergüenza deportiva y profesionalismo a buscar un resultado que nos permita algo diferente a seguir humillados. Si a los jugadores no les duele pelear por su empleador y dejarlo todo por su profesión apague y vamonos porque sea quien sea el DT estamos dependiendo de una cuadrilla de granujas que juegan con nuestro deseo de gloria y nuestra pasión, nuestro amor por el Deportivo Cali.

Será muy triste comprobar que las cosas no salen bien en la cancha no por un bajón deportivo sino mental que les da hasta para equivocarse en la forma de caminar, triste, si, porque estos que vemos sobre la cancha no solo son el presente del club sino el futuro de la misma y los necesitamos comprometidos si queremos aspirar a salir de este bache y alcanzar una figuración diferente a la crónica rosa de la prensa o los puestos de media tabla para abajo. Madurar cuesta, pero no es un precio para que pague una afición hecha y derecha, ausente eso si, como la nuestra. Respetemos.

El domingo 17 de abril ante Millonarios tendremos brunch futbolero. (Partido 10 AM). Habrán pasado dos días y un poco mas desde la eliminación en la Copa. Habrán pasado ideas, pensamientos y reflexiones por la cabeza de cada quien, quizá, con fe, haya vuelto a correr algo de sangre por las venas de los muchachos y en el pecho sientan algo de calor. Lo necesitamos. Es hora, la Liga sigue viva y, para lo hecho hasta ahora, es lo único que nos queda, que les queda.

Al profe se le nota salido de idea, ido, perdido. Lo extrafutobístico lo saco de su ritmo normal. Las palabras se han vuelto repetidas y las ideas ausentes. Lo quiero, le agradezco todo y lo respeto, siempre lo haré, por el trabajador honesto e incansable que es pero, tristemente, el grupo parece no hacerle caso ni seguirle, ya no lo ven como el mandamas, sino como el «manda-mal» y ahí no hay nada que hacer. Profe, no deje que la hinchada malagradecida y sin memoria le de una salida que no merece, revise, proponga, actúe. Los que no le quieran correr, que no lo hagan, el Cali tiene muchos mas jugadores… sub20, sub19, sub17… adelante, cerremos con ellos o, de lo contrario, lo veremos partir en silencio cuando usted nos dejó gritar dos veces ¡Campeón!

Nos sacamos solos de Copa, desde la cabeza hasta el recojebolas de sur. Nos sacamos solos por no poner (hinchada incluida por mezquina), por no tener cabeza y sangre y por no querer. Es increíble. Papelón.

Sigue, sigamos, como siempre, en las malas antes que en las buenas porque para las buenas aparece cualquiera.

El domingo estaré en la cancha nuevamente, tal vez solo vayamos los de siempre, no importa, son mi familia verdiblanca y verlos es un placer pero, lo que no podemos ni queremos ver mas es un equipo sin alma.

Nos vemos en Palmaseca, nos leemos por acá.

 

Germán Salcedo Cajiao

@germanchos 

Fotos: Depor.com y holaciudad.com