Hace muy poco, les conté en una entrada anterior, la Comisión de Hinchas del Deportivo Cali organizó una cena homenaje para Fernando Castro. Fue un evento muy intimo, no sólo porque fue de cupos limitados, sino por la calidad de lo que el Pecoso compartió con nosotros esa noche. Tantas palabras que hoy, con todo y todo, no me dejan estar tranquilo con la situación que afronta el profe y de la que espero, siendo consecuente con la historia y lo que nos ha dado, pueda salir con la cabeza en alto y seguir, como lo es, siendo uno de nuestros ídolos, al menos para mi así será.
Antes de cenar, Alejandro Vergara director de la Comisión me permitió dirigir unas palabras al profe. No me imaginé que eso que le dije, escrito para homenajearlo, se pudo transformar en una despedida. Pego en el palo y eso hay que, de su parte, en una severa autocritica, analizarlo a fondo y no dejarlo pasar.
La situación actual del club, en lo deportivo, no tiene defensa (textual y literal). No da para otra cosa que sentir desazón y mucha impotencia. No se ven razones claras de cómo o por qué un plantel profesional con horas de trabajo y entregado (al menos de micrófonos para afuera) al club, pueda permitirse con una desvergonzada tranquilidad cuatro goles por partido, de verdad, de ponerse la mano en el pecho y mirar al cielo para, con fe, buscar una razón, quizá alguien de allá nos pueda responder porque acá, salvo algunas conjeturas viciosas, nada.
Sin embargo, con tranquilidad y con el pasado como referencia no tanto el presente, hoy el agradecimiento sigue en pie y lo estará siempre, pero el futuro juntos, con el profe en el banco y la cancha sumado a nosotros en la grada no es tan claro y eso para mi, es lamentable. Estamos, obvio, obligados a sacarlo adelante, todos, porque todos estuvimos para celebrar y todos deberíamos estar para cuando no nos va bien.
El mismo Fernando Castro lo dijo, los resultados mantienen o quitan a un DT de un puesto y es en ese conocimiento que no podemos seguir esperando “a ver qué pasa” o justificando en la juventud los errores masivos de una defensa que no tiene presentación, no para el Deportivo Cali, no para alguien que aún tiene aspiraciones, no para un equipo que tiene una obligación histórica.
Vienen, otra vez, seis puntos a todo o nada. Los tres ante Bolívar, una obligación sin atenuantes y esperar un resultado en Argentina que nos permita, de milagro, seguir con vida.
Los otros tres puntos en el matiné del domingo ante Millonarios, de la parte alta de la tabla y vitales para acomodarnos en los ocho. Son, una vez más reitero, seis puntos claves.
Estoy convencido que todo puede mejorar porque he visto y he vivido situaciones similares y hasta peores en lo deportivo y en lo institucional; de ellas hemos salido al punto de llegar a levantar copas, dar vueltas olímpicas, recuperar las finanzas y depurar algo de la mala leche que siempre abunda en momentos así.
Hay muchas lecciones aprendidas de este proceso, mucho por corregir para el futuro y mucho que seguir aprendiendo pero que la soberbia no nos impida aceptarlo y sepamos, con inteligencia (incluida la emocional) encarar lo que queda con dignidad, respeto y profesionalismo. Es un deber.
Estaré en la tribuna cada partido a la ridícula hora que sea (así deba dejar grabando las ligas europeas) porque si algo me ha dado el Cali y el Pecoso es amor por la divisa y entrega a algo que, como mucho tiempo no sentía, es mio, es nuestro.
Adelante Profe, sigamos para adelante porque no hay otro camino, sigamos con fe y fuerza, mucha entrega. Concentrados, atentos e inteligentes. Busquemos tranquilidad en resultados, respuestas en resultados y alegrías en resultados.
Cerremos bocas no con gritos o puñetazos sino con goles, llenemos las gradas no de insultos sino de abrazos, de cánticos positivos. Hagámoslo, estamos a tiempo, estamos en familia y podemos. Vamos Cali, vamos que de esta, de la que sea, salimos y lo haremos, merced divina, juntos.
Vamos Cali, vamos que tenemos con qué. Hay que desearlo y comprometernos con ello, con seriedad, con profesionalismo, ¡con toda!
Nos vemos en Palmaseca, nos leemos por acá
Germán Salcedo Cajiao
Foto: golcaracol.com