El partido termino y lo que esperábamos no sucediera, sucedió. Deportivo Cali perdió la SúperLiga ante un Nacional que nos supero en ambos juegos hasta quedarse con el trofeo y el cupo a la Suramericana con un contundente 5-0 a favor.
Las derrotas son dolorosas, obvio que si, excepto para aquellos que las esperan (y necesitan) con el fin de validar algún punto de vista particular, respetable pero hasta ahí. Felicidades.
Duele perder, siempre. Duele más al saber que tenemos con qué obtener resultados diferentes pero no se usa correctamente ese talento. En verdad es una mezcla entre dolor, impotencia y si, con el perdón de las damas, empute. Pero del drama sólo viven los escritores y cineastas (y una que otra emisora y sus comentaristas buscando rating).
Al punto, muy breve.
A los jugadores les llega su sueldo sin importar qué, la empresa Deportivo Cali es muy cumplida en eso, y por ello deben entregarse en el campo hasta el último minuto y desde el primero. No es posible entrar trotando cuando hay que correr, mirar cuando hay que atacar y levitar cuando hay que meter. Las distracciones, en la cancha y fuera de ella le han pegado a este grupo que, si bien tienen partidos encima, siguen siendo unos pelaos. Hora de ajustar, despertar, volver.
No se ve al Deportivo Cali campeón. Hay desgaste físico y mental en los jugadores así como en el DT, se les nota el estrés y la ansiedad, misma que se ha trasladado, como por variar, a la tribuna.
Este es el punto del escrito en el que borro y escribo, borro y escribo. Claro, esto se ha dicho, no sólo por mi, por otros también una y muchas veces antes, es un déjà vu, algo ya vivido.
Un titulo seguido de un plantel disminuido mental y físicamente, con resultados discutibles y un Comité ejecutivo así como el DT recibiendo criticas, reclamos y hasta improperios. eso ya lo ví. Lo viví a mediados de los 90s y del 2000 así como en el 2014. Lo que pasa es que en ese entonces no había Twitter para hacerse «el macho» y todo se daba en la tribuna, el «temebile segundo piso». En cada ocasión salimos para celebrar, lo recuerdo y celebramos todos, los vituperadores y nosotros, todos, juntos, con el Deportivo Cali. Hermoso.
Breve: El equipo se nota desordenado, falto de seguridad en defensa, ligero de marca en el medio y lento en reacción en todas sus lineas. Generamos opciones pero no en lo colectivo, son marginales e individualidades. No hay fútbol. No hay ganas. Bajo nivel táctico y colectivo, de DT pero sobretodo de jugadores. Urge cambio de actitud. Fernando Castro, viejo querido, el debut copero es en menos de un mes y el equipo no se ve como lo querés, como lo queremos. Vamos adelante, vamos a trabajar. Sabemos, sé, que lo vas a lograr, que lo vamos a lograr. Creo en ustedes, quiero ver cada promesa y cada palabra convertida en una acción, en una realidad en la cancha.
Al punto: Hay jugadores en un nivel muy bajo y los refuerzos están acoplándose, deben apurar, los unos a estar a punto de campeonato y los otros a encajar en ese nivel. Cierto es que el que no quiera estar o no se sienta capaz de estar, mejor que diga y se haga a un lado. Lo diga al club, en el camerino y que nadie, por amor a Dios, lo filtre.
Breve: La SúperLiga la perdimos, feo y mal. Aprendimos de eso, como debe ser y necesitamos salir fuertes de esta caída, entender que el tiempo para quejarse ya paso, que lo que hay es lo que nos va llevar, si le meten voluntad, tan lejos como quieran incluso a la gloria misma, ya lo hicieron una vez. A levantarse muchachos que mañana, y todos los días, hay que trabajar. Vamos Cali.
Al punto: Mi respuesta para muchos que me escriben pidiendo que diga o haga eco a sus insultos hacia Martinez o con el discurso de «no tenemos nada» es mi abono. No tengo otra. Sus opiniones son valiosas, pero prefiero dar las mías con la entrada a todos los partidos. No sé, me gusta criticar aportando, es mi estilo, respeto el suyo.
Breve y al punto: urgen cambios, de actitud, de mentalidad; urge que se vean ganas y voluntad; urge que se trabaje en lo táctico, en defensa y en generación de juego. Urge la unión y el siempre alentar, el enfocarse en lo importante, en resolver lo fundamental y debemos concentrarnos en lo nuestro, en responder en la cancha al entorno. Acallar con triunfos a la critica y validar el talento, las condiciones, no con selfies o periodistas/empresarios sino con la pelota, con jugadas, con goles, con resultados.
Hay que trabajar, hay que cambiar, aterrizar, concentrarse y luchar. Un objetivo perdido no nos puede quitar los demás, una derrota no nos puede llevar a quemar la sede ni a descalificar sin derecho a replica a quienes con su esfuerzo y talento nos dieron la novena. Eso si, muchachos, la novena ya pasó. Ojo con el 2016, no podemos esperar más, no podemos fallar más.
Viene la Liga, viene Cortuluá, esto sigue. Hay que ganar.
Vamos Deportivo Cali, acá estoy, estamos y vamos, como ayer, HOY y siempre: con vos.
Nos vemos en Palmaseca (oh si, pronto) y nos leemos por acá
Germán Salcedo Cajiao
Foto: ElTiempo.com y archivo particular.