Febrero 20 de 2011
Por Azzurro
Esta semana José Roberto Arango y sus socios dieron a conocer la que puede ser la mejor noticia administrativa, en décadas, para Millonarios. La Superintendencia Financiera de Colombia aprobó el primer paso que debe dar Millos para que se constituya como una Sociedad Anónima (S.A.) y así pueda ser un negocio administrado como cualquier otro, y no una Sociedad sin Ánimo de Lucro -como lo es hoy-, con lo cual tiene varias limitaciones, desde el punto de vista empresarial.
Luego de varios meses, Arango parece haber logrado lo que tanto prometió. Se tomó mucho más tiempo del esperado y hasta amenazó algunas veces con renunciar. También se le vio, varias ocasiones, confundido, contrariado y sin foco, como si no hubiera medido, ni previsto que el fútbol colombiano está lleno de trampas, rufianes y roscas. Debo confesar que hasta pensé que García le iba a ganar la mano mediática cuando salió a demandarlo (aún está por verse si sí le va a ganar en el plano jurídico…). Sin embargo, esta noticia es una victoria, no solo de Arango y de sus socios (quienes se ganarán una buena plata con esta operación) sino también de todos los hinchas que queremos ver un nuevo Millonarios.
Este paso es un bálsamo para los problemas azules, por varias razones. Primero, porque nos muestra un camino según el cual Millonarios podrá financiar su proyecto deportivo y olvidarse de las profundas deudas que casi lo llevan a la liquidación. Segundo, porque le permitirá a los hinchas estar más cerca del Club, ser una fuerza activa en la realidad azul y de sus decisiones. Y tercero porque marca una distancia grande de la época de los Notables, de García, de López, de Rendón, de Estupefacientes… Esto tiene pinta de ser el renacer azul.
Sin embargo, lo que en el escritorio brilla, en la cancha se derrumba. El Millonarios que volvió a perder en casa, esta vez 0-2 contra el Once Caldas, me dejó profundamente preocupado por varias razones. Es evidente que el equipo no tiene trabajo táctico. No soy experto en estrategia ni en táctica futbolística, pero salta a la vista. Este no es un equipo dinámico. No tiene sorpresa, ni variantes. Todo es por el centro, todo se repite. La lentitud de Mayer Candelo amarra al equipo y lo frena (¡Como será de grave la cosa que ayer hasta extrañé a Ulloque y recordé a Tejera!). Robayo, que parece un carro loco corriendo por todo el campo, se pierde tratando de armar sociedades con Candelo, lo cual termina en pasecitos intrascendentes en el medio campo. Preciado no tienen ni idea de lo que tiene que hacer, Toloza parece jugar más para el rival que para Millos, y Carpintero podría armarle charla al arquero rival, pues el balón muy rara vez le llega. No usamos las bandas, no somos verticales, nos repetimos una y otra vez. Los cambios son imposibles de interpretar y además llegan muy tarde.
Otra preocupación que tengo es en el tema físico. Este equipo se está entrenando desde diciembre. Los refuerzos llegaron a tiempo y hubo pretemporada. Sin embargo, la sensación es que no tienen el estado físico necesario para hacer del Campín el templo que el demagogo de Candelo prometió. Empezando por él, los jugadores de Millos se ven lentos, limitados y como guardando fuerzas. Corren un balón para luego caminar seis.
Debo, eso sí, hacer una mención especial a Alejandro Cichero. Qué partido se jugó ayer. Al César lo que es del César… Pero tan grave es la situación, que Cichero fue la figura azul.
Muchos piden la salida de Páez. Me uno a ese clamor. Somos una S.A. sin DT. No recuerdo un partido en la era Páez en el que Millos haya ganado por virtud del DT. No recuerdo un solo partido en donde la mano de Páez haya sido providencial. Solo basta con comparar cómo Osorio leyó el partido de ayer y cómo Páez terminó diciendo que Millos era más que Caldas hasta que llegó el primer gol. No sé qué partido vio. Toda la tribuna le rogaba para que hiciera los cambios, pues veíamos cómo se nos venía encima el Once con sus contragolpes. Solo hasta que llegó el primer gol, el DT Páez decidió mover sus fichas… Osorio, en cambio, comenzó con sus variantes mucho antes, y cobró. Cómo extraño a JCO…
Como están las cosas, hoy por hoy, somos una S.A. sin DT. A Páez se le dio todo para que tuviera una propuesta mejor que la que está presentando. Los refuerzos, el tiempo, el apoyo. Muchos dirán que solo estamos en la tercera fecha del torneo. Que no es tiempo para pedir un cambio de DT. Sin embargo, la era Páez ya lleva varios meses andando. Ya todos sabemos a qué atenernos. Ya todos sabemos el tipo de DT que Richard Páez es.
El renacer azul debe ser completo. No basta con un equipo con futuro administrativo pero inviabilidad deportiva. Si Arango y sus socios quieren darle fuerza a su proyecto y entusiasmar a los hinchas para que inviertan, lo que se ve en la cancha debe mejorar. No nos pidan invertir en el Millonarios de Richard Páez. Él es un obstáculo en el renacer azul. Aún estamos a tiempo de retomar el camino y lograr que el proyecto del nuevo Millonarios sea brillante, en el escritorio y en la cancha, y digno de esta hinchada.
Azzurro
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