Enero 5 de 2010

 

Por Azzurro

 

Han pasado
meses. Meses desde que fuimos eliminados. Meses desde que escribí la última
entrada de este blog. Meses en los que se ha hablado de capitalizaciones, de
carcelazos al presidente, de deudas con la DIAN, de sueldos no pagos, de
sociedades anónimas, de huelgas, de marchas, de salida de jugadores, de
iniciativas administrativas lideradas por «hinchas pro-hombres» por llevar a
Millos a la Bolsa de Valores de Colombia, copiando el caso de Colo Colo de
Chile. Se han dicho tantas cosas, pero tan poco ha cambiado en estos meses para
Millonarios… De hecho, todo parece estar un poco peor. Cómo me duele
Millonarios.

 

Es desesperante
sentir que a pesar de la gravedad de la situación, no hay un rumbo claro ni un
proceso serio de salvamento para nuestro equipo. A pesar de los fracasos y de
las grandes deudas, el discurso de directivos y técnico sigue intacto.

 

Es mejor que
seamos pragmáticos y nos digamos las cosas claras para saber a qué atenernos.
Por ejemplo:

 

      
Los dueños
de Millonarios no se irán. Ven a Millonarios como una inversión, un negocio y
no saldrán de ella hasta no tener una ganancia que consideren interesante. Este
no es un tema político para ellos. No se trata de tener o no gobernabilidad. Se
trata de recuperar una inversión y de que sea rentable. Hasta que no lo puedan
hacer, no se moverán ni un centímetro.

 

      
Las
huelgas, marchas y boicots serán una constante. Ya los hinchas no saben qué
hacer para que su voz es escuchada y constituirse en una fuerza de cambio. Dudo
mucho de la eficacia de estas medidas.

 

      
Veremos cómo
antiguos directivos de Millonarios se vestirán de pro-hombres para ganar el
apoyo de los desesperados hinchas y así sacar adelante iniciativas bursátiles
que prometen salvar a Millonarios. ¿Cómo nos garantizan Santos y Chalela,
acompañados por Corredores Asociados, Galán, Casas, etc. que esta vez no volverán
a fracasar en su intento por sacar a Millonarios adelante? ¿Qué hay detrás de
Unidos por Millonarios?

 

      
Tendremos
un equipo con más juveniles. Esto no será resultado de la convicción de García
de darle vuelo a las divisiones menores, sino que responderá a la falta de
plata en las cuentas bancarias embajadoras.

 

      
Haremos
fuerza para que los refuerzos nos sorprendan y silencien las afanadas críticas
que ya se oyen en toda Bogotá. Puede que el fútbol hondureño y el boliviano
hayan evolucionado mucho y que Boyero y Obelar sean sus mejores exponentes.
También es posible que la banca del vecino estuviera escondiendo un gran
delantero que ahora se vestirá de azul. Quien quita que Erwin Gonzáles empiece
a hacer goles -y pases y buenos centres- en este nuevo intento en Millonarios.
Si notan algo de ironía en mis palabras, no es culpa de ustedes…

 

      
Presenciaremos
cómo los medios de comunicación endiosarán a Millonarios cuando logre un par de
victorias y cómo lo enterrarán con un par de malos resultados en línea. A pesar
de esto, García difícilmente perderá su cargo de técnico/accionista.

 

Es claro que
los meses que vienen serán muy difíciles para nosotros, los hinchas. Tendremos
que, por ejemplo, tomar la decisión de ir o no al estadio. De participar en
manifestaciones y marchas de dudosa efectividad. Tendremos que decidir si
apoyamos iniciativas como las que están planteando algunos sectores de boicotear
a los patrocinadores de Millonarios para presionar a los atornillados
dirigentes. En pocas palabras, tendremos que invertir energía en asuntos que no
deberían ocupar la mente de un hincha. Los hinchas están para disfrutar del fútbol,
de la fiesta en el estadio, de la pasión de un gol. Pero no; el hincha de
Millonarios está viviendo una novela que no parece tener fin y que se repite
sin parar año tras año. Creo que nos estamos volviendo hinchas sin estadio, sin
equipo, sin esperanza.

 

Es doloroso ver
en lo que ha venido a parar Millonarios. Es doloroso más no sorprendente pues
basta con leer las palabras del ex viceministro Reyes, quién no representa a la
DNE según el director de esa Entidad, reseñadas por El Tiempo en diciembre de
2009 para entender la calidad y compromiso de nuestros dirigentes: «Cuando
me regalaron el derecho, hace 41 años, valía $ 60 mil, casi lo mismo que hoy.
Si Millos se quiebra y desaparece, ¿cuánto perdí?: $ 60 mil. Pero, ¿cuánto habrá
perdido López: $2.000 ó $3.000 millones? ¿Y el Estado?: el 27,5 por
ciento». Qué dolor, Cómo duele Millonarios.

 

Amigos, ¿cuáles
son los pasos a seguir? ¿Boicot a productos de los patrocinadores? ¿Boicot al
estadio? ¿Apoyo a los «pelados»? ¿Aguantar la terrible noche embajadora? ¿Darle
una segunda oportunidad a dirigentes que ya han fracasado al frente de nuestro
equipo y que lo dejaron en un estado deplorable para que tomen sus riendas?

 

¿O simplemente
debemos tratar de disfrutar el fútbol azul -con lo bueno y lo malo adentro de
la cancha- como lo hemos hecho desde que tenemos memoria tal como nos lo enseñaron
tías, abuelos, padres y primos cuando éramos pequeños? Solo hay preguntas…

 

Me duele
Millonarios.

 

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Azzurro