Como ya es costumbre en Junior, el técnico terminó siendo el sacrificado por la mala campaña. Porque esa era la salida fácil: echar a Gamero y culparlo de la crisis por la que atraviesa el club. En el fútbol los resultados son los que mandan y evidentemente al timonel samario no se le dieron. Pero ¿era Gamero el responsable esta situación? Yo pienso que no, el problema de Junior hace rato dejó de ser de técnico, ni siquiera de jugadores. El problema de Junior es institucional.
Pensar que Gamero era el culpable es buscar la fiebre en las sábanas, como se dice coloquialmente. El problema de Junior radica en cuestiones mucho más complejas que a simple vista no son observables. Para triunfar en el fútbol no basta con un buen técnico y buenos jugadores, se necesita también de una buena administración. Y de esto último punto, los dueños del equipo parecen no tener ni idea.
Aunque las comparaciones suelen ser incómodas, hoy Atlético Nacional es el punto de referencia para cualquier equipo colombiano. Puede ser difícil reconocerlo, pero están un paso por delante de todos los demás clubes, ¿tienen buenos jugadores?. Sí, ¿Buen técnico? También. Empero, el éxito de los últimos años se debe a que entendieron la evolución que ha tenido el fútbol mundial y cómo la planificación y fijación de metas a corto, mediano y largo plazo juegan un papel trascendental en la consecución de objetivos, ¿Será que nuestros directivos tienen idea de eso? La verdad, no lo creo.
A juzgar por las últimas declaraciones de Fuad Char, máximo accionista de Junior, a él y su familia se le hace difícil estar pendiente a todo lo que ocurre en el equipo porque ellos son “gente muy ocupada y están en otras cosas, a Junior sólo pueden dedicarle minutos”. Además, don Fuad siempre ha sido enfático en decir que Junior no es un negocio rentable, que les genera pérdidas. Me pregunto entonces ¿Por qué no lo venden? ¿Quién mantiene un negocio que sólo da pérdidas y para el cual no se tiene tiempo (ni ganas, ni disposición, ni nada)?
Es entendible que Fuad Char y su combo tenga múltiples ocupaciones debido a sus compromisos políticos y demás negocios, lo que es inaceptable es que le falten el respeto a la hinchada, muchas personas se desviven por Junior, le dedican mucho de su tiempo al equipo, pero la familia dueña de Junior “sólo puede dedicarle minutos”. Ya anteriormente el ex-senador, había manifestado en tono de burla, que los hinchas deberían verse los partidos en estaderos, tomando cerveza, en vez de ir al estadio.
Si los Char no pueden estar pendientes de Junior, deleguen un Presidente y una Junta Directiva que se limite únicamente a los asuntos que corresponden al club, y no a la campaña de las próximas elecciones o de si abren otro supermercado Ara cerca de una Olímpica. Junior necesita gente de fútbol. Y si tampoco pueden, seguramente varios empresarios barranquilleros, o incluso inversionistas extranjeros estarían interesados en el equipo. Bajo este hipotético escenario, preferiría que Junior quedara en manos de un barranquillero, ¿Qué tal Christian Daes o la familia Santodomingo? (por citar un par de ejemplos)
Nadie ha dicho que no vean a Junior como un negocio, un equipo de fútbol bien manejado es una muy buena fuente de ingresos. Un equipo de fútbol es una empresa cuyas entradas dependen de los patrocinios, las taquillas y la venta de jugadores. Además de esto, Junior tiene la ventaja de ser el único de la ciudad, y prácticamente sin competencia en la región. Definitivamente un diamante en bruto, hay mucho por explorar y explotar. Pero los dueños de Junior no tienen tiempo. Además que la cabeza principal no hace sino quejarse todo el tiempo de la pobre afluencia de hinchas al estadio. ¿Por qué más bien no se preguntan por qué la gente no va al estadio? ¿Qué hace el departamento de mercadeo para acercar a los hinchas? Por cierto, ¿tenemos departamento de mercadeo?
Con la llegada de Julio Comesaña, se busca nuevamente tapar las fallas administrativas del equipo. En una de estas es campeón (por suerte más que por otra cosa) y a todo el mundo se le olvida el gran problema institucional que tiene el equipo. Ojalá los directivos le den a Julio Avelino el respaldo que todo técnico necesita. Hace casi tres años lo sacaron por querer poner orden, sentando a los indisciplinados. Otra cosa vieron los directivos del equipo, quienes protegieron a los “activos del club” y el gran condenado fue Comesaña.
Muchas gracias por leer. Hasta pronto.
Por: Miguel Elías Pumarejo Sánchez
En Twitter: @MiguePumarejo
Correo electrónico: migueleliaspuma@gmail.com
P.D: Comesaña y el ‘Zurdo’ López, deben ser los únicos trabajadores del mundo a los que una empresa los despide seis veces y los contrata siete. Hubiera preferido otro técnico, aunque no me disgusta la llegada de Julio Avelino. Claro está, que mientras no ocurran profundos cambios institucionales, todo seguirá igual. El problema no es de técnico.