El Junior de ‘Cheché’ ha sido muy cuestionado por gran parte de la afición rojiblanca por el juego de su equipo, que pese a conseguir buenos resultados  ha dejado grandes dudas en cuanto a su fútbol. A lo largo de la Liga, Junior ha demostrado que carece de una idea clara de juego y en ocasiones da la impresión que depende exclusivamente de alguna genialidad de sus figuras. Frente a Millonarios (que por cierto parece haber ido a Barranquilla con la exclusiva misión de provocar a ‘Teo’) ganó con lo justo y terminó pidiendo tiempo en un partido donde tuvo todo para liquidar, pero le cedió el balón a su rival que para fortuna nuestra careció de profundidad. Sin embargo, ante Deportivo Pasto, el equipo tiburón mostró una cara muy diferente: dominó a su rival, creó un sinnúmero de opciones de gol e impuso su juego en el estadio La Libertad, pero esta vez perdió el compromiso.
No es el momento de buscar culpables. Esta vez Ímer Machado no se equivocó en contra de Junior, ‘Teo’ y Dayro erraron clarísimas opciones de gol, ‘Gio’ no estuvo fino en sus tiros libres ni en sus remates de media distancia, pero bien dicen que «los médicos también se mueren». El equipo corrió y luchó durante todo el partido, pero el rebelde esférico no quiso entrar en la portería pastusa, que contó con un inspirado José Fernando Cuadrado.
‘Cheché’ no tiene la culpa de las oportunidades de gol desperdiciadas por Junior, en esta ocasión no podemos decir que su equipo no fue a buscar el partido a Pasto, empero sigo sin entender por qué demora tanto en hacer los cambios (o no los hace). Su decisión de incluir a Ruiz en lugar de Vladimir es completamente entendible y estuvo bien justificada (el samario goza de mejor físico y tiene mejores partidos en la altura). No obstante, pienso que el araucano debió ingresar en el segundo tiempo, pero el estratega bogotano se decidió (faltando 17 minutos para el final del encuentro) por Sherman Cárdenas, quien pese a no tener un mal partido, evidenció nuevamente que sus mejores partidos son cuando juega sin Giovanni Hernández. Por otro lado, Leonardo López debió ser sustituido en la etapa complementaria, pues ya estaba amonestado y seguía cometiendo faltas (de hecho el juez central le perdonó la doble amonestación), en su lugar yo hubiera incluido a Bréiner Belalcázar, jugador de buen manejo del balón y de fuerte pegada de media distancia (sobre todo en la altura, donde ha marcado varios golazos). En resumidas cuentas, ‘Cheché’ Hernández hizo un cambio obligado (por la lesión de Dayro), otro sobre el final y dejó de realizar una modificación.
Capítulo aparte merece Luis Narváez, volante recuperador de irregular desempeño en el campeonato, que irresponsablemente dejó a su equipo un poco más de diez minutos con un hombre menos. El barranquillero agredió a un jugador pastuso cuando ya el árbitro había dado la falta a favor de los rojiblancos. Junior quedó con diez jugadores y totalmente lanzado al ataque sufrió cada vez que los pastusos se aproximaron al pórtico defendido por Sebastián Viera.
La lesión de Dayro Moreno es una triste noticia para el equipo rojiblanco. Muy posiblemente, el tolimense se perderá lo que resta de los cuadrangulares. Sin embargo, Junior es un equipo grande y debe sobreponerse a las adversidades que se presenten.
No hay un número mágico de puntos para la clasificación a la gran final, tan sólo nueve puntos pueden bastar para disputar un nuevo título con el vencedor del cuadrangular B, de la misma manera trece puntos pueden no ser suficientes para jugar la finalísima.
No es momento de bajar los brazos. Lo ideal para Junior es llegar clasificado a la última fecha de los cuadrangulares y no depender del partido en Bogotá, pero de no ser así, aún restan cuatro fechas, es decir, doce puntos por disputar. Ahora debemos pensar en el partido con Tolima, ganar en Ibagué y vencer los dos partidos siguientes en casa será clave en las aspiraciones de Junior por coser una estrella más en su escudo.
Gracias a todos por leer. Hasta pronto.
Miguel Elías Pumarejo Sánchez
En Twitter: @MiguePumarejo