El 19 de diciembre de 2004, no fue una fecha más en el calendario, no fue un día cualquiera en el diario vivir del barranquillero. El 19 de diciembre de 2004 se silenció un estadio teñido de verde y presuntamente victorioso, el 19 de diciembre de 2004, la grandeza y el tesón se opuso ante la adversidad, el 19 de diciembre de 2004, el fútbol dejó de ser un tanto estratégico para convertirse en el estado motivacional «del todo o nada» porque represento la bandera de un pueblo que ríe y llora por una camiseta.
El 19 de diciembre de 2004, el Junior de Barranquilla, luciendo un uniforme atípico para las retinas del hincha rojiblanco, alcanzaba en el estadio Atanasio Girardot, y quizás en la mejor final hasta ahora disputada, su quinta estrella, la más luchada y aguerrida en sus 89 años de historia.
Sí hermano juniorista, a mí, como a ti, también se me eriza la piel cuando revivo las imágenes de la Copa Mustang II – 2004.
Hoy, 9 años después, sin el tinte de una final, pero con las necesidades casi iguales, el Junior de Barranquilla tiene que demostrar que quiere y anhela el máximo galardón de diciembre. El empate en Barranquilla tendrá valor si el cuadro tiburón gana hoy. La fe, así como mueve montañas, también premia e inspira a los hombres ganadores. #VamosJunior
P.D: Aquí les dejo el video, narrado por comentaristas antioqueños: ¡La gran hazaña!
Gracias por leer, comentar y compartir amigos junioristas.
Hasta una nueva oportunidad.
Edson Cabeza Jabba
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