Es una reconciliación soñada, y que llena de energía y optimismo a la hinchada de frente al clásico que viviremos la próxima semana, con hinchada visitante, ante nuestro eterno rival de patio. Es una reconciliación que no puede cegarnos respecto a los errores antes cometidos, pero que si nos abre una luz de esperanza para lo que se viene.
Yo levanto la mano porque yo lancé la primera piedra, porque le di muy duro al Medellín de hace ocho días, pero en la dinámica del fútbol todo puede cambiar. Hoy, ocho días después, estoy alabando el juego del Medellín y el festival futbolístico que vimos los veintiocho mil asistentes al estadio Atanasio Girardot. Un festival de toque, de buenos planteamientos por parte de Leonel y de Pelusso, un festival de atajadas de Leandro y David, y unos toques de calidad impresionantes de jugadores como Marrugo y Jhonatan Gómez.
Gracias Dios por darme la posilibidad de ver un partido tan bueno, tan movido, de constatar que el equipo puede lograr todos los objetivos y que Hechalar también se puede comer goles. No nos podemos olvidar de los partidos horribles que han pasado, pero sí los podemos superar.
No quiero que piensen que cambié mi concepto en menos de una semana, Medellín me sigue pareciendo un equipo con defectos y fallas serias, pero tampoco puedo ser un mala leche que ante una victoria tan importante seguiré destilando veneno por todos los poros, ese no es mi estilo.
Lo único que puedo firmar es que el Medellín de ayer puede ganarle a cualquiera, pero también puede perder con Cortulua, es la dinámica extraña del fútbol colombiano. Mauricio Molina merece estatua, y si en mi poder estuviera, le daría el nombre del Atanasio Girardot al crack y uno de los responsables de la anhelada estrella del 2002. No me juzguen, no vi a Corbatta, al ‘Charro’ Moreno ni a ningún jugador que haya jugado en el siglo 20, perdón.
SE VIENE EL CLÁSICO
Se viene un clásico tremendo y aunque los hinchas de Nacional intenten demeritarlo por la ausencia de varias de sus figuras, la verdad es que la tercer nómina de ese equipo puede hacer de todo en este país. Y por esto es que me emociono tanto con este triunfo ante Santa Fe, porque el rojo me demostró que SÍ SE PUEDE, que con alma, corazón y ganas todo se puede y que, si el Medellín pelea todas las pelotas como lo hacen Cahais y Saiz y juega con la entrega de Marrugo, se vienen grandes cosas.
Jugadores del Deportivo Independiente Medellín, ganen el clásico, por favor. Háganlo por toda esta gente que los acompaña masivamente después del partido horrible que jugaron en Boyacá. Den la vida por todos esos hinchas que irán con cierto temor al clásico debido a que nuestros compañeros hinchas del otro equipo estarán allá; hinchas que se aguantan su miedo solo por verlos jugar.
Por favor, entreguen el alma en el próximo clásico, demuestren que pueden convertirse en campeones y que nos darán mil alegrías, porque ustedes también se lo merecen.
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