Si nombrara la cantidad de decisiones arbitrarias del árbitro en el juego Real Cartagena vs Junior, me llenaría de amargura y de odio; tal vez tenga que recurrir a una limpia antropológica en Malambo o «regresarme» por mis propios medios espirituales a otro mundo no tan perfecto como éste, claro, sino a uno más justo.
Es que la injusticia molesta y corroe todas las estructuras emocionales del ser humano y si se aplica mal, como hoy en el hermoso estadio Morón, llega a tocar las fibras de la violencia del homo soccer.
Y eso fue justo lo que sucedió, pues las pésimas decisiones de un árbitro sumado a la impotencia y a la ineficaz discursiva de un heroico contrincante, no le quedó más remedio al hincha que violentarse con la fuerza pública que como signo opresor de la libertad ciudadana, fue blanco de ese malestar atropellado por la falta de recursos de su equipo local.
Pero eso no es justo, la energumenería no es aceptable si bien se vive en una ciudad culta como Cartagena, ciudad insignia-simbólica-histórica y digna urbe «extranjera»… (¡) como algunos la llaman, pues es la ciudad que inclusive, tiene más actividad cultural en Colombia.
Ciudad amurallada que aún vive resistiéndose, pero esta vez, de un Junior arrollador y bien dirigido por un Cheché que no le queda sino hablar de una manera sencilla a sus jugadores para que salgan a atropellar al que sea en las canchas colombianas.
Este Real sin argumentos y con pelotazos y faltas seriadas no pudo contener a un Junior jugador en la cancha, lo cual mermó la fuerza de su adversario y más allá de un partido de fútbol, los Tiburones le irrespetaron su patio con tres goles, inclusive jugando con 10 hombres y «gracias» a las decisiones de un Buitre como juez central que se volvió ciego, falto de ubicación y miedoso para tomar decisiones ante pénales claros para ambos bandos.
Junior tendrá que preocuparse por entretener con calidad, coherencia y valentía lo que viene haciendo, pero no tendrá que preocuparse por un invicto porque ello le puede llevar a dislocar su rumbo y dirección que es clasificar entre los octavos. ¡Que no se vuelva Snob!
Junior como institución también podrá llevar la carga de su poderío como símbolo de una Cultura Caribe pues el Real aún le falta categoría, en el sentido que son equipos costeños de la A en el fut rentado colombiano.
Esta vez el funcionamiento de Junior lo llevó a ganar y aseguir convenciendo en las canchas nacionales; el equipo se arma bien con los centrales (Amaya-Macías) y los laterales Romero (excelente rompiendo por el medio y Reyes que aún lefalta perrenque).
Quisiera ver en buen nivel a Jossimar con Wlado que mientras estuvo en la cancha, mostró que sabe juar con alegría, y qué decir del incansable GIO y de los cracks TEO-DAYRO.
Cheché necesita conocer la cualidad de Sherman y de Nieves, conocer mucho más a sus alternativas y llenarlos de confianza.
¿Seguir dándole al oportunidad a Núñez, a Balanta, a Ruíz? Tal vez, sí, pero bajo una mirada realmente crítica y funcional porque estos jugadores, la verdad, no le vienen dando nada a Junior. Platica que se puede recuperar con otras actitudes dirigenciales.
Esta vez, Junior nos trajo un buen regalo y a Santa Fe que viene como León herido, tenemos que ponerle un i-respeto hasta dejarlo de clínica veterinaria.
————
CHULESPE VOLVERÁ