NO CREO en los comentarios que dicen que Junior defensivamente falló, no creo que su medio campo
falló y mucho menos de su ofensiva.
No lo creo porque cada vez Junior está saltando escollos, unos difíciles, otros complejos
y prueba de ello los equipos Envigado, Itagüí, Cali, y ahora Patriotas fundamentan su juego
con signos aguerridos, técnicos, y futbolísticos que sorprenden siempre al Gran Tiburón.
El funcionamiento de Junior como equipo coordinado,armonioso y estructurado se regula según contexto
en acción; y creo, que le pasa a todos los equipos que en formación de génesis le ocurre. Dayro necesita acomnodarse en la ofensiva, lo mismo Rentería y al igual su módulo defensivo que no ha sido regular.
Hemos sido críticos de un Junior que nos pone a «parir hijo macho» en los últimos 20 minutos
de los segundos tiempos; los ejemplos de fieles tuiteros y de amorosos feisbuqueros se nota
en cada inserción a la red, cuando se angustian.
Y esos comentarios son tan críticos y reales, tan objetivos como certeros. Comentarios
que enaltecen el apoyo también de los hinchas que desean un mejor equipo.
Las críticas vienen del papel que desempeñan los defensivos, que si Amaya debe ir por su rol
de gol, que Macías, que Narváez, que Nieves, que Romero y que el incansable Fawcett como iregular
pasan por la cortina de la mediocridad algunas veces y otras por la brillantez de sus funciones.
No creo por tanto, que ante Patriotas el equipo defensivamente se comportó mal;
no lo creo porque el equipo de Prince es duro, calentador, luchador y escenifica papeles
en las canchas del país con decoro.
Patriotas le jugó a Junior de tú a tú, hasta el punto que
le quitó la pelota a Junior y la sudó como cual equipo que busca resultados y que no se deja.
¿Hasta cuándo pensaremos que Junior no jugó bien? Ante esto deseo plantear mi apoyo por el
equipo pues viene, como dije arriba, haciendo un jumping decoroso ante quienes ha jugado.
Un jumping por un fútbol al estilo Cheché que le gusta tocar y jugar al filo de la navaja;
me hace acordar al equipo de Comesaña y al de Umaña, en fin, a ese Junior que se destiburonea
y se tiburonea en la angustia de  los últimos minutos.
Patriotas le quitó el balón a Junior y lo mangonió a punta de papa chorriada que repartió en
sus líneas con un trabajo de Cadena, de Chavez, de García y del equipo total.
Hasta que despertó de un literario «letargo monterrosiano» (¿se acuerdan del dragón que se despierta?)
su medio campo y fluyó el equipo, estirándose y armonizándose con zumos de dulces frutas
que provenían de los pies y mente de Wlado
(de regular desempeño, y un tanto dísloco hoy pretendiendo burlar a todo aquel que enfrentaba),
también de parte de Dayro que no le salían sus geométricas, tampoco a Rentería (que perdió el
tiempo porque no le funcionó nada, anduvo como perdido y vagando por allá y por acá, sin dirección objetiva),
lo mismo para Gio donde su «dragón interno» le explotó y pues ya sabemos.
No creo que Junior desentonó pues el equipo superó su contrincante con CATEGORÍA como equipo GRANDE
así como sus figuras como el «viejo Gio» quien le sigue callando la boca a mucha gente
que lo ve viejo y flojo. ¡Pues no! Hay Gio para rato, y justifica su salario que a propósito se me hace de
mal gusto que haya periodistas que a boca de micrófono le restriegan el salario de 100 millones, por ejemplo
que se gana él, como el que se gana MCNelly en el Nacional.
Me parece que eso es violento porque alimenta el odio de la gente pobre de este país.
A Junior hoy lo veo bien, porque es capaz de jugarle de tú a tú a cualquiera; esperemos que aparezcan
en su agenda Millonarios, Nacional, Caldas, SantaFe… para que el equipo siga mostrando esa vitalidad
que se le ve, porque si bien el equipo se queda por algunos momentos, alcanza a superar sus escollos.
Apoyemos al equipo, vayamos al estadio. Y debemos sentirnos orgullosos por los goles que el equipo marcó. Y pedirle a Cheché que siga trabajando.
Chulespe volverá.
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