De
lo que estoy hablando es que las directivas del equipo costeño han mantenido ritmos
«secretos» con tal de apostarle a las contrataciones de calidad; no han sido
explícitos con la Ciudad ni con la hinchada repartida en toda Colombia, dado
que, donde hay un costeño hay está la insignia roja, azul y blanca de La
Arenosa.

 A mi me parece bien, dado que no se atropellan
ni se desesperan en histerias desacertadas, pero eso molesta al hincha que
piensa que esas gestiones han sido tardías y que el equipo no ha mostrado
cambios estructurales cuando por ej., no se le ven cambios favorables en los
juegos del domingo en Armenia contra el Quindío y antes, con la disputa de la
tal Copa «ESA» ante Nacional.

Vienen
ocurriendo acciones de gestión con el ritmo de la tortuga en el seno del Junior
que de verdad preocupan y desesperan; es normal entonces que las decisiones se
tomen con calma, con las pausas que indican el pensar inteligente.

Se
ha hablado de jugadores de la Argentina, paraguayos y colombianos, pero la
verdad a esta altura del tiempo, la afición anda comiéndose las uñas, soñando
en vano, indecisa de ir al estadio y ver el mismo equipo del semestre anterior
y observando las repetidas equivocaciones de Cheché en las direcciones de los
juegos.

Teófilo,
Dayro Moreno, y otros «por ahí» (como dicen los mismos jugadores en su peculiar
estilo sociolingüístico que ahora los periodistas también lo vienen usando), conforman
un «humo» (como dice @kikevengoechea) al mejor estilo buffet de ofertas y
apresuramientos de escogencias por estos jugadores. ¿El mercado opera con su
categoría de poder para ponerle precios a estas brillantes estrellas? ¡Claro
que sí! La pugna tensiona las relaciones entre los clubes, los mercaderes, las
directivas y, a veces, casi muchas, las opiniones de los jugadores están por
debajo de la mesa, sin peso casi a ras de piso.

El
Junior, equipo de calidad histórica en este país, digno de una ciudad del
Caribe colombiano y de las mejores capitales de la región para la cultura, para
la industria y la arquitectura, parece que se le han olvidado estos detalles
por tener en cuenta, pues mantenerse en la cúspide de la importancia para la
ciudad y región, es necesario envolverse él, en el estilo de la urbe
atlanticense porque es parte de ella, y porque no es sólo Junior una empresa
sino un símbolo que atrae la cultura, la psicología ciudadana, el consumo, el deporte
y el good will, tan necesarísimos
signos, para la globalización contemporánea.

Pero
al margen de estos preciosos signos que nos llevan a un desarrollo, yo
comprendo a las directivas y levanto fraternalmente mi apoyo a ellas; yo confío
en este Junior que los directivos Char nos armarán, y confiaré también en la
creatividad y trabajo de Cheché y no lo molestaré más… ¡lo juro!

Por
ello, le doy un espaldarazo a Cheché, y a la ciudad le recomiendo que haga lo
mismo, y que asistan al estadio en aras de un voto masivo de confianza y una
esperanza de que todos los domingos nuestro Junior arrancará ganas de vivir y
deseos perennes de progreso y emociones en grande.

Un
saludo cordial a toda la plantilla y a su DT.

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