HUILA
1 JUNIOR 3

La
mentira es un acto semiótico cuando reemplaza la realidad con signos; esta vez
en Neiva Junior reemplazó una goleada por unos gritos que se ahogaron en
nuestras gargantas y en los deseos de triunfo holgado. Mínimo un 12 a 1, hubiese sido un marcador a la larga sino se hubiese incurrido en un desperdicio tenaz.

Porque fue un triunfo cargado de emociones
anheladas, queríamos como hinchas que Junior reventara nuestros deseos y
borrara las dudas de partidos atrás; lo consiguió Cheché pues supo aprovechar
ese bajón.

Había que mejorar y lo demostró con demasía pues el
equipo Costeño, nuestro padre, signó una actitud, un juego de conjunto, una
alimentación constante de sus puntas recuperando los talentos de Balanta, Ruíz,
del gran GIO y de Wlado, el más GRNDE.

No podemos dejar por fuera de este potpurrí de
piropos bien ganados al resto del equipo: Macías, Briceño, Peto… Vélez, Fawcett, Sherman.. la sudaron. 

A Neiva se llegó con una lección clara, con un
aprendizaje y una memoria de juego que me sonó (muy cercana) a lo que se le hizo
a UCatólica en Barranquilla y en Santiago. Así, con esa melodía de juego es que
Tú Papá, puede y debe hacer sonar sus maracas para formar el baile del triunfo.

No me queda duda de que Junior cuando se pone las
pilas representa su memoria de insignia magna; su juego articulado y la entrega
de Wlado que junto a su inteligencia y a la danza, igual, que tiene Ruíz,
demuestran un grandioso emblema de equipo inmenso, magnánimo, muy grande.

Se ganó a un rival que venía de líder hace una
jornada atrás; se ganó y se recuperó brevemente un espacio de entre los 8,
además se demostró que esos jugadores pueden hacer valer su condición de
grandes.

Ahora contra el Tolima tenemos que demostrar esa
memoria ganadora.

Chulespe volverá.