Al Tiburón no le preocupaba en su ida a Manizales el menú de hoy domingo en la tarde.
Él sabía, en conjunto y con seguridad, que el plato fuerte se servía sin helado del Nevado del Ruíz y sin achiras caldenses-huilenses calientitas.
Pero lo que tenía muy claro era la pieza de blanca carne que, mediante dos mordeduras planeadas con intención apocalíptica, terminaría con la cena en el Palogrande.
También supo que 18 años de martirio rabioso se terminarían hoy domingo 6 de noviembre de 2011, cuando sus pequeños peces -nombrados comúnmente jugadores profesionales de fútbol-, se alimentarían de un blanco triunfo.
Sí, y fue así.
Cheché se está saliendo con la suya y una vez más, su planteamiento un tanto mezquino, pero calculador, frío y muy pensado, le está resultando, sí, le está resultando.
Tanto el Once como el Junior hoy en Palogrande, mostraban a lo largo de los noventa sufridos minutos, mejores delanteras -o mejor, intenciones de mejores delanteras- que defensivas fuertes, seguras y equilibradas.
Junior mejoró un montón defensivamente, aunque se le sigue viendo insegura, con parches, con huecos, sin bloqueos en líneas y sin seguridad convincente.
Tanto cambio de nómina confunde al hincha pero Cheché se la está jugando por la de él, aunque, repito, de media para abajo hay que temerle al mismo Junior pues su funcionamiento deja mucho que desear. Felicitaciones al plantel y a Cheché.
Sin embargo en la media para arriba, los enlaces estuvieron bien cuando Sherman decidió ponerse el disfraz de mandón ya que sus pases originaban esperanzas en nuestros corazones; corazones inseguros como nos viene acostumbrando Junior.
El Tiburón supo sortear la tempestad que armó Caldas en el escenario del Palogrande.
Núñez, Moreno y más tarde Valentierra, y también Mejía, ajustaban (¿asustaban?) la paciencia de Junior y más de una vez le hicieron temblar, pero sus petardos fueron mansos unas veces y otras desacertados blancos (¡Jajajajajá!,)
Junior vino a hacer su tarea y la cumplió, llevándose un malestar histórico a Bocas de Ceniza para arrojarlo a las aguas que todo lo borran pues sus antecedentes negativos en Manizales, tenían, mejor, debían romperlos y erigir un nuevo paradigma.
Ahora la historia tendrá que escribirse distintamente.
Junior ahora deberá aprender de esta victoria y tomar correctivos en sus líneas porque Amaya, deberá él, de memoria aprender una lección de cordura técnica.
Lo mismo, la pedagogía que vaya dirigida a Ruíz que no debe alejarse de un nivel que había alcanzado en otras fechas porque hoy estuvo fatal, y parece ser un jugador que anda «ido» como pensando en los huevos de iguana del Pelao de la 47 (No te hagas Ruíz que te he visto más de una vez dejando la palangana vacía).
Las lecciones son para todo el plantel, pero en especial también a Valencia que sólo se mudó de su punta cuando entró Gio que -a propósito su oxígeno y cadencia rítmica, llena de la técnica más excelsa del realismo mágico macondiano, como si fuera un bacán del imaginario del Caribe (sí ya sé que el Gio es Cacha)-, lo puso a jugar y a estirar la cancha con plusvalía encantadora.
No creo que haya más que comentar, excepto las 4 o 5 tarjetas amarillas y la roja de «Bedoya» (perdón de Amaya), que habría que reflexionar y proceder a la autocrítica y a la autoevaluación.
Chulespe volverá después del partido de la Sele contra Venezuela.
———–
@hulespe2012
http://www.chulespe.comhttp://www.solojunior.com/blog-de-chulespe.html
chulespe.com