<<Nada de nada>>, me dijo mi querida Laura.
¿Cómo así?, me dije.
<<Vas a tener que repetir el titular del último blog>>, enfatizó mi novia con su sentencia pícara medio cognoscitiva como esas frases que tienen las mujeres porque según dicen los maridos sabios de balompié, «dizque no saben de fútbol».
<<Nada de nada>>, no va a ser el titular, le dije.
Junior e Itagüí, mostraron que saben de fútbol a pesar de que la bola no la metieron nuestros gloriosos delanteros.
Estoy de acuerdo que fue un partido del buen jugar, sí, porque Junior como Itagüí jugaron un fútbol rápido y moderno. Que no se hicieran daño, como dicen los expertos, es otra cosa, pero eso de «hacerse daño» es como violento ¿no?
Por mucho que va el cántaro al agua, nada que se llenó esta vez. Es el dicho que merece Itagüí en el primer tiempo y en el segundo Junior.
La verdad, y en referencia central a Junior, fue ésa la película loop de Junior sobre todo en el segundo tiempo.
Se cansó de llegar cuando el equipo después de los cambios -creo que desacertados- por parte de Cheché, porque no era Wlado el man que iría a provocar a la tribuna para que cantara con sus metáforas de gol acostumbradas. Aunque con Wlado, corrijo, se ganó un poco en profundidad.
Tampoco la pólvora de Cortés funcionó a pesar de que Fawcett se mostró como se debe mostrar, el cual mejoró notablemente, sobre todo sus centros y su personal sistema defensivo. Al César Fawcett lo que es del César.
Y ¿Bacca? ¿Qué? Natilla…
Pero ¿dónde estaban Gio, Valencia, Sherman? ¿Dónde? y los pelaos Mejía y…
Itagüí fue en el primer tiempo sobrado, llegando al área de Junior por varias oportunidades.
Un buen equipo, sudador con garra, habituado al toque de primera, echao pa´lante, coordinado, juicioso en defensa y joven, por consiguiente, le sirvió para obtener por primera vez en Quilla su primer punto y que por lo cual -subráyelo amigo lector-, la historia del Rentado del Fútbol Colombiano, tendrá que relatar con orgullo en el futuro.
<<Mi vida>>, le dije, <<¿no has pensado en rezar?>>, le invité con mi pobre picardía en un enunciado espontáneo a que rogara a los ángeles y a Dios por el gol, pues la gente de Quilla había asistido al Metro a cantar como siempre las glorias de los Tiburones.
Ella, elevando sus mechones teñidos de verde al aire, respiró delicadamente y me dijo: <<con una pequeña oración basta>>. Y entonces fue cuando escuché esa breve oración: <<¡verde, verde, verde!>> que salía de sus hermosos labios paisas.
Para mí y para la tribuna enaltecida por hinchas de Junior, lanzamos una mirada tan pesada como el cemento del Metro, que le cayó a Laura en su rostro tornándola de rojo y azul, y blanco.
Ella, creo, se sintió perturbada por una aplastante observación enjuiciadora de toda esa parte de la tribuna.
Ella, confesaba en medio de su despiste su amor por Nacional, pues creía que era Nacional que jugaba y no Itagüí. Nojodaaaaaaaaaaaaaaaa…!!
¿Así son los paisas de universales y de sentir lo mismo por todos los equipos?
¡A eso se le llama regionalismo!
¡Qué verraquera pues hombre!
Vivan los paisas pues.
¡Qué desviada!
Era una metáfora en vivo. Una metáfora es una desviación del lenguaje.
Los chiflidos fueron capturados por las cámaras y lentes del Metro, pero no arreglaron en nada el resultado. Al final de este episodio, las risas se repitieron en unísono, y la paisa Laura, mi novia, se acongojó por un instante pero después una jugada de Bacca, en fuera de lugar casi termina en gol de Junior, Ella, se le olvidó como a la tribuna el asunto despistado.
Y mientras… gozábamos una telenovela recién filmada por una paisa, o quizá un tráiler de una historia errada, equivocada de lugar. O por un equipo paisa y un equipo del Caribe que no encontraba un rumbo y Cheché, una vez más, anduvo entre la nada y el hacer intenso por la victoria fracasada.
Itagüí se defendía y Junior como plastilina se estiraba en un campo ancho de juego y la pelota, muchas veces terminaba en desacertados pases o en equivocadas intenciones de buena fe goleadora pero nada más.
Como que será el mismo titular, pensé. Natilla…
Creo que atacar a Junior por este partido es un error, pues hay que mirar el contexto.
Pero si hay que llamarle la artenciónal DT sobre las mezclas de nóminas que viene haciendo; parece que aún no encuntra la nómina.
Se le nota mucha inseguridad a Junior como equpo estable. Por ello, repito, unas de cal y otras de arena, unas veces amamos a Junior y otras lo odiamos…
¿Cuándo acabará esta ambiguedad?
Junior mostró intenciones muy buenas y un juego decoroso pero no encontró el hombre que la metiera.
Quizás ningún jugador estuvo en el sitio para coronar, pero tampoco -o ¿también?-, la pelota fue tonta pues de la misma manera, salía tan errada, tan desviada, tan descoordinada como la paisa, mi novia Laura, de nuestra historia.
Sin embargo, Laura, a pesar de su desvarío, al igual que Junior hoy, con todos sus desaciertos, siguen siendo mis amores.
Chulespe volverá.
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