JUNIOR 3, LA EQUIDAD 0
Un triunfo de nuestro amado Junior se dio en el Metro nocturno cuando las dudas
del técnico para diseñar una nómina eran grandes, cuando la afición no satisfecha aún
tenía una seguridad para con Cheché.
Como resultado de lo anterior, Junior tuvo equidad para desarrollar una goleada ante La Equidad.
Las dudas se resolvieron por lo menos en gran parte.
Ganó el Tiburón con tres goles angustiosos, sobre todo el primero que lo celebramos a garganta abierta;
ganó el Junior pues tuvo un rival difícil que vino solamente a defenderse y escurrirse al arco de Viera por cualquier orificio demarcado, más por los posibles errores defensivos que pudiera cometer la zaga arenosa que por sus atributos ofensivos de parte de los rolos verdes.
¡Qué desperdicio de equipo!
Este Equidad fue un equipo pendenciero, pegador, cochino,
encerrado atrás con dos líneas de cuatro -como dicen los expertos-;
no es posible, sin embargo lo fue, que una nómina viniera a defenderse solamente y no a «jugar» fútbol.
La mezquindad de juego la planteó el equipo verde.
Junior cayó en su ajedrez y apenas chispazos de armonía futbolística
brillaron con entusiasmo por breves momentos.
Nunca se vio, y lo comentamos en la tribuna -también breve de asistencia-, que Junior aún no recoge el espíritu de equipo arrollador, ni siquiera en Barranquilla, de local. Aún le falta trabajo. Hay que esperar.
Su juego, limitado a corregir más que a crear, pues el rival no le permitió asentarse, acomodarse, ya que el antifútbol de los verdes capitalinos fue desctructivo todo el tiempo.
Junior la sudó mucho; Cheché sacó una nómina emergente pues
parece que hay que abonarle al técnico Hernández que sabe escuchar.
Rescatar del banco-origen a Nieves, Rodriguez, Mejía, Navarro… es tener postura
y sobre todo, ganas de satisfacer a un público y refrescar una nómina
que le venía dando tumbos.
De pronto necesite otros exámenes esta nómina de pelaos, pues La Equidad fue un rival
mermado por figuras tradicionales y titulares y por un viaje largo y como se dijo, un cochino equipo que llegó
a Quilla a dar patadas, sí qué pena decirlo así.
Pero así y su mezquindad, lo de anoche fue un duro rival que vino sólo a ofrecer
a nivel de espectáculo una pobre performance. Vino a enredar.
Pareciera que el dolor de su descalificación en la Copa Suramericana, lo convirtió
en sangre que quiso derramar en el Metro. Y de alguna manera lo consiguió, pues
el equitativo fue Junior.
Cárdenas como Bacca, Cortés como Ruíz fueron estrellas que apoyaron el trabajo de Cheché.
Me cuentan que la televisión dio como figura a Ruíz;
estamos de acuerdo, un jugador con mucha clase el que se jugó:
un alero, un central ofensivo, un pasador, en fin
fue multivalente… ojalá y mantenga este nivel de empuje.
No importa que no haga goles, que tenga dos mil minutos sin hacerlos,
pero que sepa contribuir a una armonía y a un lenguaje ofensivo como el que se dió anoche.
A Cheché hay que abonarle también, su deseo de sacar adelante a este equipo.
Él desea sacar a Junior campeón pero se necesitan más fogueos en serio;
se necesita poner a doblar esta nómina muchas veces y combinar con los titulares.
Y que -sepa Cheché- que el Junior en Barranquilla no se deja ganar de nadie.
Decirle a Cheché, en forma de ayuda claro, que el Junior
es un símbolo inmenso para el caribe colombiano.
Que entienda esta importancia, de una ciudad, de una Región, de un país.
La defensa funcionó muy bien.
Decíamos en la tribuna que Macías de pronto
le falta más educación para contener por arriba y por debajo a los rivales.
En el medio, Cárdenas es muy confuso; de pronto Wlado Hernández puede aportar mucho más,
pues Rodriguez es más defensivo, de quite; en fin, recuperar rápido a Gio
porque de verdad nos hace falta, él refresca la ofensiva de Junior porque es
un «monstruo» en la cancha.
Bacca como siempre un artista, un tipo muy serio y muy profesional.
El trabajo de Viera como de Otálvaro estupendos ambos. Fawcett mejoró ostensiblemente.
Qué fortuna tenemos en Barranquilla de ver goles como el que marcó -el tercero- Bacca: una
obra maestra, llena de cultura gimnástica. ¡Que fortuna tenemos!
En fin, nos resta trabajo para seguir aumentando la fe, pero sobre todo queremos ver a un equipo
ordenado, armonioso, elegante y ganador. Seguro, con postura futbolística…
Buena suerte para los muchachos y para Cheché.
—Chulespe volverá con la fe más abultada.–