JUNIOR 2, PEREIRA 1
I.
El partido de hoy 26 de febrero tuvo muchos signos divergentes, unos positivos y sólo uno negativo, fuera de lo normal:
el comportamiento animal del panameño Moreno quien
pateó la lechuza aguerera del Metro que acompaña a Junior en los momentos difíciles y en
gestas importantes.
Decían en la tribuna de preferencia que estaba agonizando y que le dieron agua, respiración artificial, masajes
de revivencia y otras aplicaciones médicas; decían también que al Pereira le deberían hacer lo mismo
pues, sus falencias vitales en lo futbolístico andan en cuidados intensivos, al igual que la Lechuza del Metro.
Independiente de este hecho VIOLENTO, Y QUE LA ASOCIACIÓN PROTECTORA DE ANIMALES DEBERÍA PRONUNCIARSE,
a diferencia del árbitro cómplice e ignorante de los males que aquejan el medio ambiente y la vida por sobre todas las cosas,
a Junior casi que se le viene la noche fría y desconcertada ante un Deportivo Pereira
que vino a sudar un fut con berraquera, con un pretencioso orden marcado por una lucha en su medio y defensas, y en chispazos
mezquinos hacia el gol.
Sin embargo, a pesar de que la noche barranquillera se erguía por su luna rivereña y marítima, el Pereira ajustaba a un Junior que
se mostraba enredado por lo menos hasta el minuto 20 cuando se despelucaron Gio, Cortés, Bacca y Paez y comenzaron a hacer sus
diabluras de pelaos playeros como ya nos tienen acostumbrados. Por ahí vino el empate, porque si no lo sabían el equipo cafetero había
empezado ganando con un golazo, creo que de chiripa, cmo alguien dijo en las tribunas.
Junior entonces sacaba sus arrestos y empezaba a aromatizar su café, sus tazas se fueron preparando para servir de nuevo, como ante Gremio,
otro simbolo cafetero, pero ahora colombiano, a beber el más delicioso tinto: el golazo de Paéz…
mi broder, este gol de Paéz no tiene comparación… me hizo recordar a Victor Ephanor en sus épocas setenteras en el magnífico Romelio Martínez cuando la 72,
la avenida insignia de la capital Atlanticense, tenía palabra, polifonía de gritos de triunfos cada domingo, mientras «juana, la mujer de pelo amarillo
de Álvaro Cepeda Samudio, mataba jugadores desde la azotea del edificio que tiene el letrero de Cerveza Águila, con su cerbata recién comprada
en una almacén de cachivaches de la Calle de La Vacas».
Si Juana hubiera estado hoy encima de esa azotea, de seguro que hubiera matado a Moreno con su cerbatana.
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II.
Un saludo a todo Junior y en especial a Quintabani, que le recomendamos más movilidad en la ofensiva,
más explotación de Fawcett y de Valencia por las puntas, una defensa más trabajada pues Junior conserva
falencias de articulación y ensamblaje, de coordinación y de sustitución; un OJO a Viera, que me parece juega
liberiado, como adelantadito y eso él tiene que saber leerlo, pues se la pueden montar por eso y el Junior va a pagar los platos rotos.
Aunque su saque es de maestros y su ubicación en tiros de esquina y pelotas quietas es de admirar su talento y eficacia.
Me parece que Quintabani está haciendo de tripas corazón, es decir,
re-evalauando las funciones de sus medios tanto ofensivos como los de bloqueo, a saber: Jossimar, Barahona, Amaya, García,
Gio, Vlado, etc., y de una utilidad de sus puntas pues Ruiz, Bacca, el mimso Gio a vaces, Paéz, no son fijos y esto es lo valioso
de este Junior, pues así estamos leyendo un equipo versátil, moderno, casi metafísico.
Buena suerte en su gesta Libertadora y ante el Nacional que está que se las trae. Este es otro Nacional.
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III.
Chulespe volverá.
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