CARTAGENA 1 JUNIOR 1
Junior hasta el minuto 10, aguantó al Real que se lo quitó de encima cuando Gio, Arango y Wladimir subieron hacia el área verdeamarilla. Pero no fue suficiente, porque los muralleros hacían un juego de conjunto alegre y de empuje, mejor dicho, era garra local más que futbol de conjunto. Los aficionados pensábamos que ese Real era pura ficción ya que sus intentonas deslucían continuidad.
Junior desnudaba su pinta de visitante pero Arango y Bacca ya protagonizaban sus goleras intenciones. Sin embargo, el Real en un cobro desde la derecha permitió que su tribuna gritara un gol raro pues Peto se hizo «bolas» y los centrales se apendejaron ante una pelota lenta y sin ánimo rítmico, fácil de atrapar y controlar, pero pelota colgada al ángulo imaginario de un lugar posible de cabecear, una pelota, ésa, coqueta, entrara en la puerta.
Y hasta ahí llegó lo «real», porque Arango, Jossimar y Gio empujaron un poquito y se largaron de su casa, de su campo de juego, y echaron a rodar hacia el patio heroico con una intención pragmática de conquista pues las grietas de la defensa cartagenera aún conservaban la seguridad, entonces fue cuando Junior hizo que el Real mostrara un par de secretos que permitían creer que los arenosos pudieran empatar. El Real mostraba sus flaquezas en marca y confundido dizque apretaba pero qué va, pura esqueletud, pues Junior le mostró un tejido vertical con Arango de estrella y con Gio recuperando sus talentos visos: esos minutos fueron de ráfagas de ataque y la hinchada empezaba a creer en la fantasía juniorista, es decir en un realismo mágico.
Se sintió una actitud distinta de Junior en el primo tempo, pues hacía posible manejar por instantes repetidos pero esporádicos, un juego que de clásico nada que ver, así en términos literales.
Sin embargo, Arango se lucía con sendos disparos ocurrentes pero desviados que le signaban como un futbolista ya con identidad pero desacertado en sus fines, parecía un gallo de pelea cachaco en tierras de gallos Caribes. Eso está bien Arango, así con ganas, despierto en la cancha y de amigo de tus amigos es como se triunfa y tarde o temprano te subiremos al trono. Pero la verdad, el man, tuvo una noche destacada por lo menos hasta el minuto 35, pues la enjundia se le notaba y era el capital esperanzador de una conquista deseada. Fue el mejor de todos. Claro que Cortés vino a endulzar un paladar seco. Y también lo destaco, como siempre.
Junior dejaba en su juego y por momentos, signos errores muy significativos para que el Real los interpretara como asuntos de inferioridad y en dos pérdidas de pelota y de marcajes de zona, el Real asustó pero Peto y en otras, Fawcett, Palacios y la Mole panameña obtuvieran reconocidos aplausos defendiendo con valentía nuestro arco. Junior asombrosamente se quitó de encima al Real y por momenticos los tiburones hacían que la tribuna se callara, pues un leve dominio de los barranquilleros se alzaba en la gesta.
Hubo una plástica de juego que Junior muestra y que lástima que no sea constante; recuérdese el juego en Bogotá contra Santa Fe, así mismo y de aquella manera cuando esa noche mágica de futbol, nuestro amado equipo lució como lo que es, un grande constructor de pases fantasiosos y de conjunto, de tejido coordinado y coherente, pues anoche en Cartagena, Junior por cortos minutos mostró su copia de equipo brillante, pero Bacán, ¿Por qué no será siempre así vale?
Está claro algo: Arango es la figura del Junior; ni Bacca ni Wlado le comprenden. A Aunque Wlado recupera por segundos su brillantez y de cabeza le pone un balón a Bacca y éste, abanica como cual beisbolista mantequillero. Mientras tanto el tiempo se agota en sus últimas minucias y Junior demuestra que tiene con qué hacerle aguada la fiesta al Real.
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Para el segundo tiempo, Junior muestra la misma actitud con la que acabó el primer tiempo. Ahoga al rival que es pura corredera y sudor pero nada más porque de futbol, el equipo cartagenero no muestra nada. Entra Ruíz por Bacca y entra Cortés y también García (este cambio no lo entendí viejo Umaña) y hasta agota sus últimos cartuchos cuando el técnico debería de exponer más confianza a Cortés ya que el man, siempre le pone sabor, salsa y velocidad al ataque.
¡Ñerda! Y llegó el gol, goooooooooooooool de Junior y ajá, la vaina era así y saltamos con gritos que hasta las desordenadas tribunas aún sucias del moho humedoso del Morón, mediotemblaron pues la calidad y la justicia se alzaba desde un fondo anímico y elegantoso, virtud del Tiburón. El cortés del Cortés fue su autor.
Y Junior demostró que necesita más trabajo, que se trabaje la continuidad, que se trabaje la disciplina táctica pues los equipos de Umaña suelen ser más espontáneos que tácticos. Eso quizá no nos gusta, pero si hay resultados positivos no sólo en marcadores sino en estructuras de juego, pues vaya y venga. Pero si no hay una o la otra, ya sería preocupante.
¿Qué pasó con Casanova? ¿Qué pasará para la Copa Libertadores? ¿Seguiremos con esa misma nómina? ¿Vendrán jugadores? Chulespe dice que la defensa o se trabaja mejor o se consigue un defensa de calidad que acompañe a la Mole, pues Valencia o García no son fichas de altura, también un delantero sea de las fuerzas básicas o del extranjero. No me da confianza tampoco la dualidad con que Umaña juega a veces, cambia mucho de nómina.
Junior se conformó con el punto aunque tuvo cosquillados viajes que pretendían aumentar el marcador pero el Real se encerró y nada más pasó.
Saludos a Aguilar
Chulespe volverá.