Ante una fanaticada juniorista que colmó en un 80 % las gradas, Junior exhibió un juego de conjunto en la cancha de Techo al occidente de la ciudad de Bogotá, juego que no le alcanzó para sacar un triunfo. Jugó temerosamente por instantes, valientemente el resto y agradó a medias a pesar de una derrota «pendeja» ante una Equidad que jugó sucio, malintencionado y pendenciero; ante una Equidad que jugó con estricta estrategia y poco fútbol y en el cual, Junior cayó en su maliciosa intención de enredar y de no jugar.

Increíble paisaje al término del primer tiempo, sólo Cárdenas era la estrella de los verdes porque Viáfara sólo sacó su estirpe de guerrero contrabandista para «molestar» con su veteranía antifutbolera a los jugadores -que pendejos- de Junior cayeron en su manipulación y provocación. Tarjetas amarillas por doquier y faltas acumulaba La Equidad. Pero, a pesar, el árbitro ahí, expectante casi ciego dirigiendo un encuentro con su piedad deliberada hacia los verdes.

Junior se quedó con 10 hombres por expulsión tonta y justa de Valencia al caer en el lenguaje tramposo de Viáfara. ¿Es esa una manera de jugar y ganar partidos Viáfara? ¿No tienes más recursos? Y tú Junior ¿no tienes madurez para saber leer lo que propone el contrario? Porque también a Junior le faltó orientación y diversidad de jugadas para abrir líneas ofensivas y oportunidades de gol, que las tuvo, pero faltaron ocuparlas hacia el gol. Además, Junior sabía quién era Viáfara.

¿Es Gio el conductor seguro y fiel para oxigenar y crear peligro en las redes contrarias?

Bueno, jugar con diez en una cancha en altitud andina la mayoría del encuentro pues no es fácil, pero sí que le faltó la puntada y el método para empatar; se tuvo en los pies de Bacca, se tuvo otra en Ruíz… pero faltó mostrar que se tienen argumentos de campeón: divergencias hacia el gol.

Los cambios estuvieron bien. No se pudo ver a Parra en su dimensión y a Arango, de nuevo, le pasamos factura débito. Ruíz está muy bien y Cortés lució un tanto cansado, como fresco. Pero cuando ingresó el equipo se manejó con ahínco y con velocidad. Este Junior es de velocidad que no le alcanzó a brillar este domingo en Bogotá. ¿Físico?

Peto, cada vez mejor, aunque debe mejorar su recepción de balón. El arquero sabe sacar balones y mirar con perspectiva los aleros de Junior desmarcados para iniciar sus arranques ofensivos.

Al árbitro le faltó visión para validar un gol a Equidad en completa lógica. Ahí, también el juez falló.

El equipo estuvo bien. Junior demostró de qué está hecho. Su fortín por ahora es el Metropolitano -o el Romelio-, de La Arenosa porque para jugar de visitante tendrá que replantear su juego con más coherencia, inteligencia y creatividad. Se hizo un esfuerzo y no se encontró el balón-red. Bueno no es para tanto, Junior sin embargo demostró, que tiene teoría de conjunto.

Saludos a Delménico, Chulespe volverá.

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