DIM 0,
JUNIOR 0
Voy
a hablar de Junior, de mi Junior, éste que nos ha arrancado canas, guayabos,
parrandas y alegrías. El Junior de anoche en Medellín que se lució en contra del
Rojo de la Montaña, nos arrancó otros pedazos de esperanzas agradables como
para pensar que, quizá, los duros críticos de su juego de visitante, nos
habíamos equivocado y que teníamos que tragarnos los tragos más deliciosos de
su bebida más encantadora: que podemos llegar a la final con un equipo que sabe
manejar la pelota, el orden táctico y mantener resultados y hasta de ganar
encuentros como -futuriblemente- anoche en la Bella Villa, hubiera podido
ocurrir.
Un primer tiempo aguerrido, manteniendo la
protagónica manera de enredar con sentido a un DIM apresurado, desordenado y
con escaramuzas diletantes. Un DIM que le juró al Junior jugarle con
desesperación y un Junior tiburoniando en la cancha y tejiendo cuanta pelota de
ataque podía acercar a la creencia que se podía ganar.
El
equipo jugó con una defensa ordenada y armoniosa. Con series de cuatro y hasta
seis defensas para no dejar funcionar al Rojo; los volantes lucieron atentos y
rápidos con un Grisales haciendo de las suyas y un Giova, discreto, pero atento
también a colaborarle a los delanteros. No sólo las estrellas de siempre brillan,
también los luceros como ocurrió anoche cuando Casanova fue un guerrero.
Muñoz,
estuvo preciso, atento y sobre todo acertado y con los dientes afilados para
comerse cualquier pelotita roja. Los tiros del DIM, los que le imprimían valor y
peligro, fueron de fácil resolución y agarre certero, fueron presa de su
talento, el que a veces, esconde el portero Didier.
Comesaña
lo vimos tranquilo ¿sabía lo que hacía? ¿Por qué otras veces, no se actuaba
así? En fin, ¿seguiremos atados a esa historia de Junior y sus resultados
cuando juega -o jugaba- de visitante, o la historia será reemplazada por el
resultado de anoche?
No
caigamos en triunfalismos y esperemos que el equipo trague estas copas de
alegría y fundamentación de juego de visitante y después, más adelante quizá,
le reclamaremos al equipo lo que anoche no se dio, la vaguedad de su juego miedoso.
Felicito
a mi equipo y sigamos en la fe, pues de ella es que podemos enviarles energía a
los muchachos y al técnico. Con nuestra asistencia y emocionalidad Caribe al
Metro, podemos agregarle al encuentro de este sábado para ganarle al Pereira
que viene, jodido, malhumorado, como toro vivo después de corraleja.
Buena por esa Junior, viva el
Caribe.
Chulespe volverá.