Partido en principio
sabroso pero que se fue diluyendo en un intenso planteamiento táctico en el
terreno de juego, por parte de ambos conjuntos. Partido en el que el DIM supo
manejar las cuerdas del llamado clásico de la fecha.
Junior no supo manejar su
ofensividad, a pesar de que su insistencia fue una constante lucha, algo débil y parca, y con
algo de desorden y repetición en las cargas hacia el gol.
El DIM jugó con alegría
más que Junior; DIM desenredó el táctico juego del Junior para imponerse, no
creo con claridad, pero si con un gol que le dio más que los tres puntos, le
dio la punta inalcanzable para muchos equipos que le siguen con el agua al
cuello.
Junior jugó para sí
mismo. A ver, lo que quiero decir es que se ahogó en su mismo juego aburrido,
esta noche claro, sin estímulos coordinados y sin alientos de brisa como suele
empujar hacia las redes contrarias. Se miró en el mismo espejo de su vanidad y
se dedicó más a la defensa del juego local que a atacar con la tropa enjundiosa
de la tradición de su juego.
Giova, Teo, Rodríguez
y Totono -cuando entró-, jugaron para satisfacer el cumplido de hoy; mejor
dicho, Giova no sólo no podía solo, sino que el marcaje que le impusieron hoy
era para sólo dejarlo correr y sacar uno que otro pasecito, un tiro que
Bobadilla medio se asustó y ya… porque no pudo más, no veía a Teo que se perdió
en las montañas paisas y a un montón de piernas que armó el DIM para que el
Tiburón se bloqueara.
No se pudo ganar, ni
siquiera empatar, pero se jugó con valentía y ardiente garra , de pronto muy timorato Junior, que jugó como decía ante un equipo que
pudo hacer un gol y defender su plaza.
Ya basta entonces de
justificar los buenos o malos juegos del Junior cuando juega de visitante, ya
basta decir que la estadística y tal, juega y dice y tal, bla bla bla bla bla…
no señores, Junior necesitaba ganar en Medellín para estar ahí en la punta con
el resto de equipos punteros.
Ya basta de decir que
el promedio estadístico de Junior cuando juega de visitante es que pierda… no
creo más esas frases porque ellos, los jugadores, se la están creyendo y
entonces, según, no hay argumentos para ganar de visitante porque manda más la
estadística que otra cosa.
De alguna manera, el
Tiburón de nuestro corazón, sigue estando entre los punteros pero, todavía su
juego sigue mostrando una carencia para hacer continua su campaña de local como
de visitante, y demostrar una regularidad, que es un signo que caracteriza a un
líder.
Junior, al final,
hizo lo que pudo hacer; los cambios que Comesaña diseñó no funcionaron, de
pronto un poco más Ruíz que se movió como win
pero también fue arrinconado con faltas como la de Vanegas, quien con descaro
le mete un codazo y alza las manos con ademán de inocencia como diciendo «nada
pasó».
Hasta ahí llegó el
Junior.
Hasta ahí mostramos
hoy, lo que tuvimos. ¿Tendremos algo más para mostrar?
Yo creo que sí. Y
sigue la cantaleta para Junior y más trabajo para Comesaña, exigirle victorias
por fuera tal como lo hace de local.
«Bueno…», dirán
otros: …» es que jugamos contra el líder» Y otros dirán: «es que algún partido
habrá que perder», y otros: «No se jugó tan mal».
Total, cualquier
justificación puede que convenga para vivificarnos, pero si estoy seguro de que
se necesita mucho trabajo. Mucha argumentación recuperar para plantear un buen
discurso coherente y constante de juego.
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Un reconocimiento a Berbia. Aunque
creo que pudo cortar el centro enviado por Mosquera, antes de que llegara
Jackson con su cabezazo de tres puntos. Pero está bien, estuvo muy bien.
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Comesaña tiene que ser autocrítico, es
decir, generar argumentos entre él y sus jugadores. El caso de Totono que entra
como estatua helada, no niego su
transcendencia histórica, critico al de hoy que nada aporta.
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Creo que hay que mover de otra manera
los cambios y las alternativas de la titular. Hay muchas alineaciones, y a
veces, los fans nos confundimos y nos
adelantamos en victorias falsas, de ficción o mentiras.
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Hay que trabajar a Teo, sobre todo su
actitud de ganarse tarjetas en cada partido. Ojo, que eso muestra su falta de
madurez, y a veces, su impotencia.
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«Eso duele», me decía un hincha del mismo JUNIOR
en la tribuna. «¿Qué
duele?», le pregunté, y me dijo: «Duele perder así, sin ganas, pues a Junior no se le vio
como otras veces, jugando con calidad y orden, con poder ofensivo y alegría, yo
creía que era el mismo que vi ante Santa Fe o Envigado en la televisión, a mi
me duele no haber encontrado un equipo bueno esta vez que le hubiera hecho una
verdadera pelea al Rojito». (Espero que haya leído el párrafo
anterior con acento paisa).
Me despedí del amigo
paisa en la tribuna -hincha del Junior-, y bajé las gradas lentamente, rumbo al aeropuerto a tomar
el vuelo de regreso a mi teclado.
Hacía frío en
Medellín, pero como siempre la fui dejando bella y llena de alegría; algunas
luces de Navidad ya se dejaban ver.
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Chulespe volverá.