El periodista británico John Carlin, criticó recientemente a Lionel Messi como entrevistado, catalogándolo como insoportable. Sin embargo, Messi lleva 12 años enseñándonos que habla mucho mejor con los pies que con la boca.

Sólo imaginemos la escena. Dos hombres muy famosos, sentados frente a frente a las dos de la mañana, hablando monosílabos que generan desconfianza, desesperados por que se acabe rápido el martirio que exige un encuentro propio de sus profesiones. Lionel Messi estaba cansado por escuchar las mismas preguntas de siempre a un tipo que no conoce y John Carlin, acostumbrado al carisma de Mandela y la familiaridad de Rafael Nadal, cortó la entrevista por lo sano, tras 15 minutos de lugares comunes.

Uno de los periodistas más prestigiosos del mundo, quien con El Factor Humano, logró resumir con un texto inspirador lo que pude hace hacer el deporte para unir y reconciliar un país (Sudáfrica), contó esta anécdota en el pasado Hay Festival de Cartagena: “Es un placer siempre ver jugar a Messi, pero quisiera que se quedara siempre ahí en la tele o en el Camp Nou. Yo lo he entrevistado un par de veces y la segunda vez lo encontré insoportable. Me cayó fatal. Me parece una persona absolutamente irrespetuosa que llegó dos horas tarde a la cita que él había pactado”.

Mas allá de que Messi no sea un experto en locuacidad, la escena no refleja la falta de química de dos personas, sino es la clara muestra de la aversión y prevención que se tienen tanto jugadores como periodistas. Ambos gremios, se necesitan, no pueden vivir uno sin el otro ya que mal que bien, la contraparte le ayudará al otro a ganar dinero y escalar profesionalmente. Pero en el fondo no se toleran. Los deportistas no soportan que los periodistas hablen “si nunca han pateado una pelota” y los segundos no les gusta, que los futbolistas, por ser los protagonistas, sean  los únicos dueños de la verdad y que no se les pueda debatir lo que hacen o dicen.

Santiago Solari, ex jugador del Real Madrid, explicaba para la revista El Gráfico que ahora, ya retirado y al escribir en El País, podía entender más al periodista: “Ahora que escribo, veo que el periodismo no actúa de mala fe. El periodista siempre es un enemigo para el deportista, para el personaje público en general, por la sencilla razón de que juzgan sin hacer. Están para eso, pero la bronca del futbolista es ‘este tipo juzga y no hace, no decide, no tiene que correr y salga lo que salga, después tendrá razón´”.

Por otro lado, Dante Panzerí uno de los mejores periodistas de la historia gráfica argentina reflejaba en los años sesenta, lo que muchos de nosotros pensamos pero no decimos en voz alta: “los jugadores no son jugadores, son financistas. Tienen miedo de jugar. Tienen coraje para invertir. No tienen mucho para decir. Hablan con su cuerpo, con su goles. Nada encuentro interesante de lo que hablan. Un reportaje es algo que le tengo aberración”. Por eso hay que alabar esfuerzos como los que ha hecho Hernán Peláez en el Café Caracol o lo que en general producen TyC Sports y Fox Sports en varios de sus programas: el humanizar al ídolo y hacerlo cercano, no tanto al periodista sino al público.

Los mejores reportajes que se pueden encontrar de Lionel Messi en Youtube son las entrevistas hecha por Pablo González de TyC Sports (el porgrama se llamaba Sin Casette) en las calles de Rosario y Barcelona en las que Messi contaba que los directores técnicos de las inferiores le decían a los jugadores catalanes que “ese de afuera no se puede quedar, hay que ‘cagarlo’ a trompadas” y en las que recreaba el gol histórico que le hizo al Getafe. No obstante, las notas periodísticas no son lo suyo. No tanto por su notable timidez, sino porque si bien hay muchos que lo llaman D10S, otros han osado a decirle “el pequeño dictador de Barcelona” o “un pechofrío que canta el himno argentino”.

Igualmente, con el periodismo (en especial el argentino) siempre trata de cumplir. En Mayo de 2013, cuando la revista El Gráfico cumplió 84 años, decidió por primera vez en su historia dejar que los lectores escogieran los personajes que querían ver reflejados en la revista y a los que querían que se les hiciera un reportaje: el ganador para la nota principal fue Lionel Messi. Diego Borinsky, periodista de la revista, narraba en esa nota las peripecias que hay que hacer para captar el pensamiento de quien recibe 10 pedidos periodísticos por día y 100 por semana. Sin embargo, salvo una sóla vez, siempre les hizo llegar su voz, sea vía telefónica, directamente o por correo electrónico.

Jorge Valdano dice que “Messi sólo entrega titulares con los pies” y si bien es cierto, mal que nos pese a los periodistas, esa voz se ha hecho sentir durante estos diez años. Por ejemplo, cuando manifestó que a Pelé jamás lo vió jugar y que se quedaba con Maradona, o cuando con tranquilidad niega saber quién es Arrigo Sacchi. También se hizo sentir cuando alzo la voz para decir que el no sacó a Eto´o, Ibrahimovic, Bojan y Villa y que él quiere terminar en el Barcelona, “pero uno no sabe qué puede pasar más adelante”.

Messi es así. Hay que tomarlo o dejarlo. Aparte de que le pedimos que juegue como Maradona también le pedimos que hable y de titulares periodísticos como Diego. Nadie es perfecto porque sino, todos tendríamos que pedirle a John Carlin que gambeteara como Maradona y nos conmoviera con gestos técnicos así como lo hizo al escribir El Factor Humano.

PD: Quiero desearles a todos mis colegas un “retrasado” feliz día del periodista. Sobre todo a los que entienden que no es un medio para ganarse la vida sino para ganar la vida.