Si bien la recuperación de Falcao va viento en popa, la posibilidad de no tenerlo al ciento por ciento es latente. Al plan A, hay que buscarle un plan B, sobre todo en torneos que se cobran caro los errores.

El 18 de febrero de 1994, Carlos ‘El Pibe’ Valderrama sufrió una ruptura parcial en el ligamento anterior de la rodilla derecha. Colombia se estremeció y al igual que hoy no sólo se hicieron cadenas de oración para que se mejorara sino que el que «lo lesionó», el sueco Keneth Andersson, fue el Sonner Ertek de la época. El parte médico fue preocupante más no concluyente y «El Pibe» tras una recuperación relámpago de dos meses, jugó en Estados Unidos 94.

Francisco Maturana al convocar al 10 del América, Alex Escobar (opacado al igual que Alexis García, por el hombre del «todo bien», «todo bien»), empezó a contemplar la posibilidad de buscarle un reemplazo a Carlos. Sin embargo, tras sus buenos rendimientos en los partidos de preparación, Maturana desestimó un Plan B y no llevó a Estados Unidos ni siquiera un jugador de sus características. En canchas norteamericanas, «El Pibe» no pudo ejercer su liderazgo y demostró que estaba al 40% de sus posibilidades.

Para Francia 98, Faustino Asprilla era el único jugador colombiano que se codeaba con los mejores de Europa. A 15 días de marcarle 3 goles al Barcelona, «El Tino» sufrió una lesión en su rodilla derecha que lo tuvo a maltraer no sólo durante 1997 y 1998 sino que fue una de las causantes de su prematuro adios de las canchas. A tres meses del Mundial, en un partido contra Yugoslavia se volvió a resentir de esa misma lesión prendiendo todas las alarmas.

Ante la incertidumbre de que Asprilla no llegará en su mejor nivel al Mundial, «Bolillo» Gómez volvió a llamar a la Selección a Adolfo «El Tren» Valencia y rompió con todos los pronósticos al llamar a Léider Preciado. Sin embargo, a medida que se acercaba el torneo, «El Tino» aducía estar bien y fue el único delantero del partido inicial contra Rumania. Durante los 85 minutos que estuvo en el campo, mostró que no se había recuperado. La Selección sin él y con un «Pibe» en el ocaso de su carrera fue una lágrima en canchas francesas. Bolaño, Valenciano, Pacheco, Morantes y Giovanni Hernández vieron el mundial por televisión.

Después de volver a un mundial tras 16 años de ausencia, Colombia se enfrenta otra vez con la misma disyuntiva. Su punto de referencia en el fútbol mundial se encuentra lesionado y su participación en el torneo orbital es una incógnita. Sin embargo, son pocos los que se imaginan un equipo sin Falcao, aduciendo que no tiene remplazo y que su fe en Dios lo va a llevar a jugar el mundial sin ningún inconveniente.

Tras el primer parte médico en el que José Carlos Noronha afirmaba que la lesión de Falcao era grave pero que no descartaba su presencia en el mundial, la posibilidad de jugar sin él o de tener un plan B, quedó en el olvido. Es que para muchos, esa posibilidad no cabe porque Falcao es para Colombia, lo que es Messi para la Argentina y Cristiano para Portugal. Sin embargo, la realidad nos indica que en el mejor de los casos va a llegar en un 40% de sus posibilidades y que a medida que avance el torneo va a agarrar ritmo de competencia contra rivales cómo Yaya Touré que vienen con casi 60 partidos en el lomo.

Todos queremos ver a Radamel en el Mundial pero no por eso debemos de dejar de pensar en otras variantes tácticas cómo ver a Jackson de titular, ver otra vez a Ibarbo, llamar a Adrían Ramos e insistir con Santiago Arias como reemplazo de Zuñiga. La única manera de ver esas alternativas es jugando y por eso es inaudito que la Federación y Pekerman hayan dudado demasiado en buscar un rival para la fecha FIFA del 5 de marzo. Lo que pudo ser Rusia, Ghana o Corea terminará siendo Túnez, país del Magreb africano, cuyo fútbol nada tiene que ver con el de Costa de Márfil.

Por probar antes de un mundial, Francisco Maturana encontró en Freddy Rincón (quien no estuvo en las eliminatorias) una gran variante para Italia 90. Grandes entrenadores cómo Bilardo hablaban de que ellos se graduaban de técnicos cuando armaban rearmaban el equipo cuando faltaba una de sus estrellas. Por no tener un Plan B, Alfio Basile no pudo resolver tácticamente el desafío de armar una Selección sin Maradona y Caniggia y fue eliminado prematuramente en USA 94.

Es normal que Pekerman se la juegue por su grupo base, pero muchos de los llamados titulares están lesionados o no son titulares en sus equipos. El hoy y el ahora se impone. Es necesario saber donde están los pilotos de este avión y que den un parte tranquilidad. Para torcer el rumbo de nuestra historia en los mundiales urge tener un plan B ante las grandes contingencias. Es necesario que nos preocupemos por eso y no porque un equipo iraquí tiene la camiseta de la selección. Si no queremos sufrir el trauma del 94, no cometamos los mismos errores.