Para algunos, Santa Fe y Newell´s Old Boys solo pasarán a la historia si ganan algo. No importa que sean los mejores en Colombia y Argentina. ¿Es tan así? ¿Sólo el que gana es el mejor?
Después de los casos de lavado de dinero y de corrupción del gobierno de Cristina Kirchner que Jorge Lanata trata de seguir destapando y el gobierno de seguir ocultando, acá en la Argentina, no se habla sino de lo bien que juega Newell´s. Sin embargo, su entrenador Gerardo Martino sabe que los que hoy lo alaban lo criticarán si de los dos campeonatos no gana ninguno: «No sé si en la Argentina estamos preparados para que un equipo sea recordado si no gana algo«.
A Santa Fe le está pasando algo similar. Ahora es el equipo de moda, ahora si llena el estadio, ahora Wílder Medina es un ejemplo. Sólo porque está ganando. A nadie le importa saber que le tocó pasar por un grupo accesible y que acaba de eliminar a un equipo fundado en 2009. Está en semifinales de la Libertadores y se codea con los mejores del continente. Pero si en esa doble apuesta -Liga y Copa- falla, no sólo la hinchada de Millonarios los esperará para burlarse sino que se le pedirá a Bedoya la jubilación.
Es una obviedad decir que el fútbol sólo premia al que haga más goles que el contrario y que no hay campeonatos de pases horizontales, taquitos, gambetas y filigranas. Mientras meter el balón a la portería contraria se premie con un gol y un gol equivalga a tres puntos todos querrán vencer. Pero hay algunos que buscan la victoria sin importar los medios. El fin es la vida misma. «Yo sólo creo en ganar y perder», decía Carlos Salvador Bilardo. El mismo que se quería tirar de la ventana del hotel por quedar eliminado con Colombia en las eliminatorias para España 82. El preparador físico, Ricardo Echavarría, lo tuvo que frenar y decirle que tenía una esposa y una hija.
Bilardo con frases de que él «sólo puede hablar con Beckenbauer porque llegó a dos finales cómo yo» pertenece a la misma raza de ganadores cómo Chilavert y José Mourinho que con palabras cómo «tu no has ganado nada» y el «Special one» separan a los ganadores de los perdedores con humillación de por medio. Entonces, si ganar no es lo más importante y es lo único hay que poner en el mismo nivel al Santos de Pelé bicampeón de América que al Once Caldas del 2004, a la España de Del Bosque con la Grecia de Rehaggel y Járol Martínez sería más ídolo en Millonarios que Bonner Mosquera y Burguez
Sin embargo, en este mundo utilitarista en el que uno es fracasado si a los 35 años no está casado y en el que Messi todavía no es uno de los mejores de la historia por no ganar un mundial, la memoria colectiva a veces nos traiciona. Todavía hay mucha gente que habla del Huracán de Cappa, otros del Cali de ‘El Pibe’ y Redín y los más veteranos de Holanda del 74 y Brasil del 82. Pese al correr de los años, continúa la evocación a equipos que revolucionaron el fútbol de su tiempo y que sin ganar (unos por fallos arbitrales, compra de partidos y fallos tácticos) siguen siendo los mejores de su tiempo.
En el fútbol, esto de ganar y perder es muy relativo y sobran los ejemplos. Por ejemplo, el prestigioso periodista español Santiago Segurola recordaba hace un tiempo que a duras penas se sabia el nombre de tres jugadores de la selección alemana del 74 pero que se sabía de memoria toda la selección de Holanda, cuyos nombres lleva en el corazón. Por otra parte, hace unos años el portal goal.com seleccionó a la Selección Argentina de 1990 y al Estudiantes de Zubeldía, dos de los orgullos más grandes de Bilardo, cómo dos de los tres equipos más odiados de todos los tiempos
Santa Fe están en la LIbertadores y están en la vanguardia de sus respectivas ligas, pero salvo para sus hinchas, tienen que seguir rindiendo examen en este mundo resultadista. Yo sin embargo, me divierto más con estos equipos (y el Mineiro de Ronaldinho) que con este Boca que ganó 6 Copas y los valorare así pierdan. Quizá porque todavía creo que se puede pasar a la historia sin la necesidad de alzar una copa en países que celebraron un sub-campeonato del Mundo y un segundo lugar en el Giro de Italia.
PD: Por lo general esta columna se publica todos los jueves cada quince días. Pero el partido de eliminatorias de Colombia y Argentina -al que voy a ir- amerita que rompa con esa secuencia y me pronuncie sobre el particular. Entonces, espéreme la otra semana en este mismo canal.