A medida que la Copa Libertadores avanza y Nacional enfrenta sus partidos de fase de grupos, el periodismo deportivo sudamericano, los entendidos del fútbol a nivel continental y hasta los hinchas rivales se deshacen en elogios hacia el buen juego desplegado por el equipo en estas primeras tres jornadas de la ‘novia de América’.
Caso contrario pasa en Colombia; donde por ese fanatismo absurdo que roza con el odio enceguecido hacia los colores rivales, los hinchas de los equipos a los que Nacional venció el semestre pasado para poder ser campeón, minimizan cada paso que da el Verde en la Libertadores y su único argumento es que “Nacional hasta ahora no ha jugado con nadie”. Lo dicen tan alto que uno pensaría que ellos también están jugando la Copa y no pasando las duras y las maduras en la liga local.
Pero mientras todo eso pasa, el entorno de Atlético Nacional se ha mantenido ajeno a eso, se ha blindado. Recibe los elogios con una sonrisa e ignora las críticas sin fundamento, pero todo queda afuera a la hora de preparar y afrontar cada encuentro. “Podemos dar más”, “vamos paso a paso”, “la Copa apenas empieza”, “el objetivo está lejos”; son las respuestas del grupo de Reinaldo Rueda que se ha mantenido al margen de las distracciones que genera el favoritismo ganado a pulso hasta ahora.
Lo mismo pasa en un gran sector de la hinchada, al menos el hincha que yo conozco y con el que comparto opiniones, donde la mesura ha sido la bandera a la hora de hablar de este Nacional.
Tal vez han sido los golpes que nos hemos dado cuando más ilusionados estuvimos, en 2012 y 2014 para citar los más recientes, o tal vez es que la tranquilidad del equipo nos ha contagiado; el caso es que el hincha de Atlético Nacional ha entendido que esto es fecha tras fecha y que lo único que debemos hacer, aparte de alentar incansablemente, es disfrutar de este buen momento del equipo.
¿Podemos ilusionarnos? Claro, cómo no hacerlo con este Nacional. Desde que se armó el equipo con la intención de ganar la Copa hasta el martes pasado donde Nacional dio otra exhibición de fútbol bien jugado, la ilusión ha estado y se ha ido alimentando pero con mesura. Mesura porque el fútbol es tan volátil que una mala noche tira al trasto el trabajo de un semestre, por eso por ahora disfrutemos.
Disfrutemos como lo hace Armani siendo un espectador más, disfrutemos del despliegue y la pegada de Bocanegra, de la jerarquía de Henríquez, de la revelación que es Dávinson, de la seguridad de Farid, del carácter de Mejía, de la madurez de Pérez, de la dinámica de Guerra, de la magia de Mac, del talento superlativo de Ibarbo, de lo bueno que es Ibargüen y de la joya que tenemos en Marlos Moreno. Disfrutemos de este Nacional de Reinaldo Rueda y Bernardo Redín que da espectáculo. Que sabe divertirse con la pelota y que juega como lo pide la historia y el ADN verdolaga.
Puede que hagamos historia o que nos quedemos en el camino, el presente dicta que Nacional es una máquina de jugar al fútbol que aplasta a sus rivales y consigue récords y registros impresionantes. Sabrán Rueda y los jugadores experimentados mantener enfocado al plantel, nosotros disfrutémoslo, porque este equipo puede pasar a la posteridad. Ojalá.
Gracias por leer y vuelvan pronto.