Santa Fe regresa a Colombia con
una derrota 2-1 en el partido de ida por los octavos de final de la Copa
Libertadores. El resultado obtenido es el menos malo de todos los resultados
posibles. Es un resultado que obliga a ganar pero, dado el gol visitante,
permite que un 1-0 proclame a Santa Fe vencedor de la llave frente a los
brasileños. El partido y el resultado de la ida permiten soñar con la
clasificación.
Partido de diferentes momentos el
que se vio en Porto Alegre. De inicio, el claro nerviosismo en varios jugadores
rojos, facilitó el trabajo de Gremio que salió con todo para abrir el marcador.
Nos salvamos en varias acciones, incluyendo un balón en el palo que por suerte
no ingresó. El equipo se veía incomodo y poco preciso en la cancha. Con el
transcurrir de los minutos Santa Fe empezó a despertar. Sin embargo, en el
minuto 28, cuando el equipo salía al ataque, la presión brasileña sobre Marino
García dio como resultado la pérdida de balón y un equipo mal parado. El balón
perdido generó un contra golpe y un centro en el cual abriría el marcador el
chileno Vargas. Lastimosamente en el centro, el mismo Marino hizo mal la marca
y permitió un fácil cabezazo. Hasta ahí la presión de Gremio hacía lucir muy
mal a Santa Fe.
Como ha pasado en otros
encuentros, el equipo tuvo que verse en desventaja para despertar. Se empezó a
entregar mejor el balón, con seguridad y circulándolo por el campo. Aunque el
primer tiempo terminaría sin ninguna opción clara a favor quedaba la sensación
que se podría buscar más para la etapa final.
En el inicio del segundo tiempo
se notó aún más el cambio de actitud. Santa Fe subió líneas y empezó a presionar
con mayor intensidad la salida de Gremio. Tanta fue la presión que Cuero generó
un penal que daría la transitoria igualdad. El desequilibrante delantero
santafereño presionó la salida, recuperó el balón y con su velocidad aprovechó
la torpeza en el área de Chris, el central más importante de Gremio. Además, provocó
la segunda amarilla (también la primera) y por lo tanto la expulsión del
jugador brasileño. Omar cobró con mucha tranquilidad y seguridad ante un
arquero gigante como Dida. El partido había cambiado, Santa Fe llegó al empate
al minuto 9 del segundo tiempo, tenía un hombre de más y muchos minutos por
delante.
En los minutos posteriores al
penal, Santa Fe aprovechó esa situación. Empezó a controlar el balón y a
desesperar a Gremio. El problema vino con el transcurrir de los minutos. El
equipo cedió el esférico, se empezaron a generar muchas faltas en los costados
y frecuentes tiros de esquina en contra. A partir de uno de esos tiros de
esquina, a solo 10 minutos del final, un mal rechazo de Anchico y una pobre
cobertura en el rebote permitieron que un jugador brasileño sacara a placer un
latigazo que venció a Camilo y sentenció el juego. Santa Fe trató de reaccionar
en los últimos minutos con desbordes principalmente por derecha con Juan Daniel
Roa. A pesar de dos peligrosos centros, no se generó ninguna otra opción y con
ese marcador finalizaría el juego.
Faltó poco para traerse un gran resultado
que hubiese sido determinante y mantener el invicto en Copa. Sin embargo, dos
momentos malos de Santa Fe en el partido nos los cobraron muy caro. En todo
caso, el 2-1 es un marcador que deja la serie totalmente abierta para el juego
de vuelta. Ya lo habíamos dicho, son 180 minutos los que deben jugarse y Santa
Fe llega con muchas posibilidades para el segundo tiempo de esta eliminatoria.
Por lo que se vio en Porto Alegre, cuando Santa Fe atacó con varios hombres y
por los costados, hizo daño. El gol logrado como visitante será clave. Un 1-0
en el Campín dejaría a Santa Fe en los cuartos de final.
Nada que reprocharle a Wilson. La
lectura del partido y los cambios fueron acertados. Ingresó a Martínez Borja
por Cuero que ya había dejado todo en la cancha. Además, inteligentemente
sustituyó a Bedoya por Valencia. Debido a que Bedoya estaba muy cerca de la
expulsión. El planteamiento del partido también fue el adecuado pero, faltó más
concentración y actitud de varios jugadores en esos malos momentos que tuvo el
equipo previos a los goles.
Desde ya imagino cómo estará el
Campín para el juego de vuelta que se disputará el jueves 16 de Mayo a las 8:30
p.m. La altura y la hinchada darán una mano gigante para lograr el objetivo de
clasificar. Eso sí, ese día tiene que aparecer la calidad de este Santa Fe en
su máxima expresión. La actitud y el fútbol deben ser diferentes para arrollar
a Gremio. Lo interesante es que todo está en manos de Santa Fe. El destino del
equipo dependerá del buen juego y efectividad que se tenga en la vuelta. Hay equipo
para soñar con la clasificación.
El próximo juego de Santa Fe será
el viernes 3 de mayo por Copa Postobón. Seguramente tendrán minutos varios
jugadores como Suarez, Quiñones, Cárdenas, Moreno Asprilla y muchos juveniles.
Esto ya que el domingo 5 de mayo desde las 5:30 p.m. Santa Fe afrontará la
fecha 14 de la Liga Postobón enfrentando al Once Caldas. Será momento de darle
descanso a jugadores como Omar, Torres, Bedoya, Valdés, Meza, Anchico y Cuero
quienes vienen con muchos minutos acumulados. Solo el cuerpo técnico y el mismo
jugador sabrá si está en condiciones de continuar con esa seguidilla de
partidos. Yo formaría para ese juego con: Vargas; Roa; Centurión, Mendoza,
García; Norbey Salazar, Valencia, Didier Moreno, Molina; Martínez Borja y
Wilder Medina. Una nómina mixta y competitiva para intentar traer un buen
resultado de Manizales.
La Libertadores no es fácil y menos
frente a un equipo con jugadores de categoría y cuya principal prioridad es
este torneo (llegará 8 días antes del partido a Bogotá para aclimatarse). Eso
vuelve más emocionante este enfrentamiento. La gran esperanza está puesta en un
grupo de jugadores que tiene los elementos y el fútbol para darle vuelta a la
eliminatoria y conseguir la clasificación. ¡Vamos León!
Saludos santafereños,
Por @jegonzalezj