Son pocas las palabras para
expresar el sentimiento que dejó la semifinal frente a Nacional, en esta
hinchada necesitada de resultados, títulos, finales y similares, llegar a la
final de la Copa Postobón eliminando a los antioqueños y sufriendo al estilo
Santa Fe es una alegría inmensa.
Hablar de todas las sensaciones
que se vivieron durante esos 90 minutos en la fría noche bogotana es bien
complicado, de la euforia pasar a la preocupación y después a jugarse la
clasificación a la final en la lotería de los penales.
Fue un partido bueno, Santa Fe
desde el inicio sabía que tenía que ganar y eso intentó durante todo el
partido, este equipo mostró esa garra y amor propio del que nos enamoramos, con
una nómina mixta, sin varios jugadores que han sido fundamentales en la Copa
Mustang, con las limitaciones que tenemos en ataque, con el árbitro en contra,
con todo y eso estamos en la final.
Desde el 2005 cuando jugamos la
final de la Copa Mustang contra el mismo rival de anoche, no llegábamos a una
final, y aunque no de estrella este torneo sigue siendo importante.
Como siempre lo he dicho, «Basílico»
nunca ha sido de mi agrado como técnico, pero desde el momento en que se sienta
en el banco del equipo al que amo olvido eso y es que algo tiene Germán
González, algo que como el sentimiento de pasar a una final no se puede
explicar. Es una mística rara, cuando menos se espera de él y sus equipos nos
calla la boca (en el buen sentido) a más de uno, algo tiene que los jugadores
le creen, algo tiene que cuando le toca armar con «retazos» la nómina las cosas
le salen bien, algo tiene el entrenador de Santa Fe, no sé que será, tal vez su
amor por estos colores tanto como nosotros, pero hay que reconocer que gracias
a él volvemos a estar en una final.
Para muchos equipos en el mundo
podrá ser normal jugar una final, incluso en Colombia hay hinchadas a jugar
finales, nosotros no, pero «Basílico» poco a poco nos está devolviendo esa
grandeza que tenemos, no hemos ganado el título todavía, pero hay que vivir los
momentos y esto hay que celebrarlo.
Anoche en el «tercer tiempo» del
partido, con unas cervezas en la mano comentábamos que si sufrimos de esta
forma con un torneo que aunque no deja de ser importante no es igual que ganar
una estrella, como serían los nervios en la final de la Mustang.
Si nos ponemos a analizar, la
clasificación en todas las fases de este torneo fue sufrida, contra Cúcuta
después de haber ganado en Bogotá por 4 goles, allá perdimos 5-1 pero fuimos a
los penales y clasificamos, después contra el Pasto perdimos 3-1 allá y acá los
vencimos pero no alcanzó para clasificar directo y pasamos como «mejor perdedor»,
luego contra Nacional la semifinal, en Medellín perdimos 2-1 en el último minuto
y acá ganamos 3-2 con autogol incluido, luego la lotería de los penales y la
suerte volvió a estar con nosotros, esperemos que sea la suerte del Campeón.
Podría quedarme hablando más y
más del partido, (de hecho la celebración se alargó hasta las 4 am) pero son
tantos sentimientos que es difícil expresarlo.
Ahora jugaremos la final contra
Pasto desde el próximo miércoles en la capital nariñense y cerraremos en Bogotá
el próximo 18 de Noviembre ojalá también con una gran celebración.
El único detalle que no me gustó
mucho fue la poca asistencia de hinchas cardenales, es cierto que muchos no le
creen a este torneo, pero los invito cordialmente a que se suban a este bus de
la victoria y apoyemos al equipo en la final porque más allá del significado de
ganarla, sería una gran motivación para los jugadores que nos podría ayudar
mucho en la Copa Mustang.
Por último un reconocimiento para
todos los jugadores que hicieron posible llegar a esta final, a los «suplentes»
que jugaron la mayoría del torneo como a los titulares que nos clasificaron.
GRACIAS SANTA FE!!
Les dejo los mejores
momentos de este INOLVIDABLE partido cortesía de andrewfpb
LC
almadebogota@gmail.com