Una
vez más se jugó el Derby Capitalino, el partido de más historia del Fútbol
Profesional Colombiano.
Santa
Fe jugó con: Julio en el arco, Otálvaro,
Valdés, AF González y Arizala
haciendo el cuatro del fondo, Torres
como hombre de recuperación , Mario González por derecha, Pérez, el creativo de
siempre, Seijas por izquierda y Gutiérrez y Valencia(sub 18) como los hombres
en punta.
La
necesidad de ganar se evidenció en ambos costados del Campín, los del lado norte se querían quitar la
paternidad de un Santa Fe victorioso hace más de dos años, y los albirrojos
querían recuperar los puntos que le quitó el Medellín en el papel. Pero, de
cierta forma, la presión no era para los rojos, que si bien necesitaban los
tres puntos, ya habían cumplido su cuota cuando jugaron el partido de locales
(4-2), y aún tenían un calendario flexible, pero como bien se dijo en este
espacio, clásico es clásico y ¿Quién no lo quiere ganar?.
Siendo
así las cosas las tribunas esperaban un juego de lado y lado, con un
Millonarios agresivo y que propusiera, pero oh! Sorpresa, el que propuso fue
Santa Fe, Millonarios jugó todo el partido esperando un contragolpe…
Cabe
resaltar la presencia del venezolano Seijas, quien jugó un gran primer tiempo,
siendo así que tuvo la mejor opción cuando recibe de pecho, y manda un misil
que misteriosamente tapó Córdoba, y misteriosamente porque no esperábamos que
Córdoba anduviera tan lúcido bajo los tres palos. Pero eso es otra historia.
Por
el lado cardenal se evidenció la necesidad de equilibrar las bandas, es
increíble ver la forma en que Otálvaro encara, gana en velocidad y manda
soberbios centros mientras que Arizala recibe, se demora y la devuelve atrás o
la manda hacia las partes más remotas del Campín. Ese es un buen punto a
revisar por parte de nuestro D.T, ya que es un grito en silencio ver ese
desnivel en la zaga cardenal. De todas formas aplaudimos desde este espacio el
gran nivel de Otálvaro, necesitamos un «Javier Otálvaro», zurdo para la otra
banda.
La
esférica se sentía cómoda en los pies de los leones santafereños, pero en el
primer tiempo esa comodidad no se tradujo en goles y por el contrario, cuando
Millonarios arriesgó logró asustar.
El
gol que dio apertura al marcador vino desde la banda izquierda albiazul, una
secuencia de pases cortos muy rápida que terminó con un fuerte impacto de
Ciciliano que golpeó rebeldemente en el palo izquierdo del arco defendido por
Julio para el 1-0 parcial. Desazón y dolor se sintió por el lado sur ya que la
sensación general era que Santa Fe pegara primero, pero no fue así, y como
quien no los hace los ve hacer, Santa Fe fue a los camerinos con la derrota en
sus hombros.
La
segunda parte fue un poco más de lo mismo, Santa Fe jugando, casi solo en el
lado sur y Millonarios encerrado defendiendo una victoria que ni ellos se
esperaban.
Basílico
hizo los cambios que creyó necesarios: ingresó a Arrechea por Valencia y a
Gómez por Arizala; al final Suárez por
Mario González.
Uno
de esos cambios le volvió a dar el empate, esta vez Arrechea, en la jugada de
más vértigo del partido. Un balón largo que era fácilmente controlable por el
guardavallas azul pero que el Chileno luchó a más no poder. El balón rebotó a
centímetros de Córdoba, quien no pudo controlar, Gutiérrez ganó la esférica y mandó un centro
al corazón del área, en medio de esta jugada Córdoba lo empuja vilmente y sin
balón, automáticamente se sancionó la falta y su amonestación, el veterano completó el semáforo y se fue a
las duchas dejando a su equipo con 10.
En
el cobro posterior ejecutado por Pérez, Arrechea se levanta y con su cabeza
mandó un misil que ni cuadrado supo de dónde salió, el 1-1 y la justicia apareció
en el «Coloso de la 57″.
Desde
ese instante se evidenció, una vez más, que Santa Fe posee un inmenso amor
propio, y que Millonarios no tiene mucho peso a la hora de jugar, defendió un
marcador de mentiras, se encerró en un clásico y comprometió un resultado
frente a su gente.
Los
cardenales lucharon y lucharon pero el segundo gol nunca llegó, esta vez por
falta de puntería, porque opciones se crearon.
Al
final un sabor amargo, se debía y se podía ganar pero en este juego rebelde de
la vida llamado fútbol la justicia no siempre hace presencia cuando juega el
Primer Campeón.
Es
muy importante rescatar que el equipo no jugó mal, mejoró con respecto a sus
dos anteriores partidos, parece ser que esa «curva» psicológica y física se
empieza a superar, y es precisamente ahora cuando los resultados deben
aparecer.
Queda
por revisar el juego de Arizala, ¿Si debe jugar? ¿No hay más?
El
miércoles tenemos que ganar sí o sí frente a un Cúcuta que viene de capa caída.
Acompañemos
todos que es ahora cuando más debemos alentar a nuestro Santa Fe del alma.
Surge,
por último, otra inquietud, ¿ Y Seijas?.
Saludos
Santafereños
LC
almadebogota@gmail.com