Era 18 de noviembre de 2009, ese día lo tengo claro en mi mente como tengo cualquier evento glorioso vivido con Santa Fe. Este sobre todo era muy especial. Santa Fe jugaba final de la Copa Colombia en casa y con las adversidades históricas que siempre nos acompañan, el rojo perdía 1-0 finalizando el primer tiempo con un hombre menos y las esperanzas eran pocas. Pero solo él podía salvarlo, solo él podía ponerse la camiseta de héroe para darnos a muchos el primer título que vimos en nuestras vidas y solo él podía devolvernos la fe.

Al minuto 47, el técnico ‘Basilico’ González ingresa a Omar Pérez por Maximiliano Flotta y gracias al nacido en Santiago del Estero, Santa Fe logra remontar el partido, forzar a la definición por penaltis y posteriormente, conseguir su primer título en casi 20 años. Estoy seguro y no me cabe la menor duda que si ‘Basilico’ González no hace ese cambio, a hoy, 20 de marzo de 2015, estaríamos completando 41 años sin ser campeones. Solo él podía cambiar esa historia.

Me duele el alma que la continuidad de Omar Pérez (el mejor jugador de la historia de Independiente Santa Fe este en duda). Soy un convencido que hay personas que pasan por la vida sin dejar huella y hay otros a los que el destino los pone en la vida de los demás para dejar esa huella y cambiar historias. Omar estaba destinado para llegar a Santa Fe, cambiar el rumbo de la institución y dejar una marca imborrable. Los que hemos sido hinchas de Santa Fe toda la vida, esos que alzábamos tímidamente la mano en el colegio cuando preguntaban “¿Quién es hincha de Santa Fe aquí?”, sabemos más que nadie que nos faltará vida para agradecerle a ese ‘10’ todo lo que le ha dado al equipo que amamos.

Y ustedes dirán que estoy siendo exagerado poniendo en ese nivel a un futbolista, pues queridos amigos, un jugador que se baja el sueldo para conseguir la gloria, no es un jugador más; un hombre que rechaza ofertas económicas mucho mejores (incluso para volver a su país natal) no es un simple volante de creación más; un jugador de fútbol que disputa un partido horas después de la muerte de su abuelo (que murió por irlo a ver jugar) porque su equipo lo necesita, no puede ser un simple integrante de una plantilla, me niego a creerlo. Podría seguir contándoles muchas historias más, pero no vale la pena, todas las saben ustedes y conocen lo que han significado en los libros dorados del club. Omar Sebastián Pérez Marcos merece un peldaño arriba de todos en la historia de Independiente Santa Fe, qué no le quede duda a nadie.

Algún día el calvo se va tener que ir, eso todos lo sabemos y somos conscientes que el fútbol no dura para siempre y que ese es el destino caprichoso de este deporte. Pero el día que eso pase debe ser en el estadio, en un partido de despedida, con hinchas aplaudiéndolo alrededor, jugando con sus mejores compañeros y despidiéndose entre lágrimas con sus hijos de la mano. Así es como deben salir los ídolos y no en este novelón que nos desgarra el alma a todos los santafereños.

No te vayas ‘Chipakero’, aún no. Ese partido de despedida y esa noche en que tengas que decir adiós debe ser dentro de unos años (muchos o quizá pocos, eso solo lo decides tú) porque en este Santa Fe actual, en este Santa Fe en el que tú eres capitán y líder, todavía quedan muchos sueños por cumplir.

 

@Sergiobogotano