Esa frase, burda, contundente, histórica, polémica, maradoniana (literalmente), quisiera escucharla el 15 de noviembre después del partido del Cali contra Santafé de la boca del Cheché, pero lo veo más que complicado. NO CREO QUE PODAMOS CLASIFICAR, punto. Sí, matemáticamente la opción está ahí, pero, ¿futbolísticamente también?, no. Seamos francos, ya hay fracaso en el Cali. Somos un enfermo agonizante que pareciera de vez en cuando salir del coma. Que probablemente quedemos cerca del octavo y digamos, «!uy, casi¡», ¿casi?, como dice un viejo adagio popular, «si mi tío tuviera senos sería mi tía». Si le hubiéramos ganado a Nacional, a Millonarios, a América…si…en fin, no más contentillos con el «si hubiésemos…». Ahora toca esperar, me encantaría que me pudieran decir esa frase que le dijo Maradona a todos los que lo daban por eliminado del mundial, esta vez y guardando proporciones, con el Cali pero en los cuadrangulares finales.
Un partido más, igual que los de todo el semestre. Un 2-2 lleno de irregularidades, de problemas, etc. A pensar en el otro año desde ya. Si queremos ver una final de fútbol en el Valle nos tocará ir a Tuluá, pues ellos jugarán la final de la B, de resto Cali se quedará sin fútbol por varios meses. Las cuentas son claras: tenemos 19 puntos, en el puesto 10 y faltan 3 partidos. Toca aclarar que es posible que esta semana quedemos en la casilla 11 porque lo más seguro es que le den al Cartagena los puntos del partido en Pasto por la agresión al Juez de línea. Para alcanzar la media de la que hablé en la entrada anterior (27 puntos), toca ganar los tres partidos que quedan, complicados todos (Cartagena de visitante, Chicó en casa y rematar en Bogotá contra Santafé).
Ojalá que el DT pueda salir en 20 días en los medios, así sea con la patanería de Maradona a sacarnos en cara la clasificación del Cali, pero creo que no lo podrá hacer. Dudo en la capacidad de ESTE Cali para revertir situaciones complicadas sin líderes en la cancha, con la desazón que se siente al ver a este equipo. Si pierden en Cartagena, que los devuelvan en burro desde allá pero no a la sede de Pance sino a sus casas de una vez y que, como dicen los argentinos, jueguen ‘los pibes’ para que así perdamos podamos ver algo que no se le ve al Cali en la chancha hace mucho, corazón.