Hay cosas en la vida que resultan complejas. Hay cosas que parecen indestructibles, o que al menos, requieren un gran esfuerzo para ser acabadas o demolidas. Creo que el Cali era una de ellas.

Quisiera refrescar la memoria y ver cómo en las campañas del equipo cuyo presidente era ese hombre de origen humilde y caminar cansino, Humberto Arias, nos sentíamos fracasados por sumar 100 puntos en la reclasificación al no quedar campeones, pero hoy festejamos mediocremente una clasificación a la Suramericana del 2009.

Para colmo de males, vemos como el rival de patio, con una cuarta parte del poder adquisitivo y con una nómina que hace año y medio valía menos de la mitad de lo que costaba la del Cali, ha logrado armar un equipazo y coronarse campeón de forma impresionante, todo de la mano de Umaña, a quien no fueron capaces de contratar los directivos.

Bueno, ya contextualicé un poco, ahora miremos qué se puede hacer para tumbar algo sólido como el Cali. Se puede empezar por acabar con los de la casa, eso es un primer paso importante. Lo de Martínez lo dije cuando lo nombraron, no quemen lo bueno que tenemos, pero dicho y hecho, el hombre no pudo con el cargo. Pero no lo culpo, es muy difícil ser el chef de Granada Faró cuando se es el cocinero del casino de una empresa, probablemente los platos queden mal hechos.

Otro paso importante para tirarse al Cali es tener como gran asesor en la ciudad de Buenos Aires al genio y sabio del fútbol Omar Labruna. Sus refuerzos han sido de gran utilidad en el Cali, y aunque yo creía que su vínculo con el club era cosa del pasado, hoy vemos que eso es falso, que Labruna sigue en el equipo. El festival de las cometas ya no es sólo en agosto señores.

Bueno, ahora como falta experiencia, hay que comprar jugadores pasados en edad y con un pasado no tan brillante o digamos más abiertamente, NULO. Sí, aunque no voy a hablar de Luis Omar Valencia porque creo que puede hacer algo por el equipo a pesar de ser un jugador de equipo chico, los argentinos que suenan como refuerzos son una grosería. Un arquero suplente de un equipo de media tabla para abajo y un suplente de independiente, un otrora grande que vive de fracaso en fracaso.

Y por último, acabar con otro técnico que nos dio cosas grandes, el ‘Cheché’ Hernández. Traerlo para imponerle los refuerzos del atroz Labruna es una grosería, espero que el ‘Cheché’ tenga el carácter que se le ha conocido y no la vaya a embarrar con c, porque de lo contrario vamos de culo a un hueco.

Señores, no se gasten las millonadas que se gastan con argentinos malos, con eso podrían tener a un ‘Choronta’, un John Valencia, inclusive era más, mucho más el ‘Cocho’ que esos petardos que suelen traer, ¿o no se acuerdan del uruguayo Delgado?…

No quiero seguir porque como hincha me duele lo que pasa con el equipo, pero para que esto no se quede en palabras, a final de año haré un balance en tablas y números de lo que han sido los últimos tres años del Cali.