Si nos vamos solo a lo futbolístico, no era un David vs Goliat el sábado. Era el mejor equipo de Colombia lleno de figuras vs un muy buen equipo con trabajo y sacrificio. Por fútbol, no se necesitaba un milagro, solo un partido bien jugado e inteligente.
Ahora, más allá del resultado del primer partido, alrededor del fútbol hay un folclor que a veces influye en el juego y en eso, estaba todo en contra del Tolima. Empezando por tener que jugar en el Atanasio lleno.
Los números de Nacional eran impresionantes. Los repitieron un millón de veces. Que estaba invicto como local, que hacía 21 partidos no le metían gol, que invirtieron no sé cuántos miles de millones de pesos, etc. Después la prensa colombiana le dio una cátedra de datos inútiles a Mister Chip. Que un técnico argentino nunca había perdido una final, que Nacional no perdía una final en Medellín desde el 2004, etc.
Lo de cierto alopécico periodista cuyabro no sorprende. Krillin necesitaba que Nacional saliera campeón para decir que su amigo Juanma Lillo había sido el gestor del título. Wbeimar Muñóz, un dinosaurio del retrógrado periodismo deportivo regionalista, hablaba del partido del sábado como si fuera un trámite, apenas un formalismo de la Dimayor.
Al Tolima lo recibieron en el aeropuerto Olaya Herrera con una pancarta gigante que decía BIENVENIDOS A LA TIERRA DEL MAS VECES CAMPEON. Espero que esa pancarta haya sido suficientemente grande para secar las lágrimas de Alexis Henríquez.
Luego vino el agrande del equipo. El técnico Almirón y el capitán Henríquez no llegaron a la rueda de prensa oficial el día antes el partido. El sábado sacaron y exhibieron todas sus copas. Tenían un bus con la estrella 17 pintada. Almirón ni siquiera quiso dar la lista de los que pateaban los penales. Muchos menos fue a la rueda de prensa post partido.
La última vez que se había visto ese nivel de agrande de Nacional había sido en Japón, antes de ese hermoso partido contra el Kashima.
Lo que nadie se imaginaba era que Danovis Banguero, el jugador más criticado, iba a meter ese cabezazo en el minuto 94. Banguero entrega mal los balones, regala la espalda, sale de rumba estando lesionado, pero se metió en la historia del equipo. Como Marco Pérez, que se cae en su presentación en el Zaragoza, te arma la Tercera Guerra Mundial en Manaos, no deja dormir a sus vecinos con sus fiestas, pero después te mete un golazo de chilena, con la quijada o firma el penal del título.
Dicen que las personas pasan pero las instituciones quedan. En el caso del fútbol también queda la hinchada. Por eso quiero mencionar a algunos hinchas fieles, los que han sufrido las injusticias del fútbol pero que hoy celebran el título más lindo que alguien se haya podido imaginar.
Los que me ayudaron siempre con Furia Pijao: Costis Papailias, Juan Pablo Schwitzer, Mateo Collazos. Los firmes para el estadio: Tajada, Camilo Hernández, Juan Camilo Aldana, Ricardo Gómez, Gabriel Mejía, Santiago Palau, Germán Pérez. Los genios Daniel Ramírez y Jhonny Lozano con quienes no nos ahorramos ninguna crítica, pero tampoco ningún grito de aguante. Otros hinchas fieles: Tomás Jaime, Juan Sebastián Mejía, Carlos Castro, Daniel Mora, Juan Sebastián Fajardo, Simón Niño, Santiago Sierra, Óscar Beltrán, Luis Felipe Espinosa, Carlos Zambrano, Jaime Trujillo, Luis Miguel Pantoja. Los señorazos que no le fallan al equipo: Javier Guzmán y Germán Pérez. Mis amigos periodistas a quienes muchas veces les ponen trabas para hacer su trabajo y sin embargo siguen ahí firmes: Fili Rojas, Ronal Rengifo, Alejandro Rodríguez, Carlinhos Rivera, Lina Pinto y Julián Capera, la nueva figura de la radio deportiva en Colombia. Y los Twitteros fieles: Diego Peñuela, Diego Correa, Sebastián Castilla, Juan Camilo Vélez, Julio Marmolejo, Daniel Capera, Gabriel Díaz.