“Siga el baile, siga el baile de la tierra en que nací, la cumparsa de los negros  al compás del tamboril.” Fragmento de “Siga el baile”, Candombe del Cantautor Argentino Alberto Castillo (Q.E.P.D)

Una noche más de lunes, una función más de América en la B, está vez, afrontando el que quizá es el partido más repetido de la Segunda División en toda su historia, ante Dépor, Atlético, o mejor dicho…Póngale el nombre que quiera, pero su limitada esencia sigue siendo la misma. Lo digo sin exagerar, puede ser el compromiso que más veces se haya visto en la categoría, incluso desde su origen, por allá en 1992, con la Copa Concasa. Sí, resulta hasta hartante ver al mismo rival tantas veces en un calendario que no quisiéramos memorizar más, pero como todos y cada uno de los 32 partidos del torneo, hay que jugarlo sí o sí.

El equipo del Profesor Hernán Torres saltaba a la cancha con novedades, tanto en la conformación del onceno titular como en la idea de juego que le imprimiría. El “revolucionado” Lucumí era de la partida, casi que respondiendo al grito de la hinchada después de sus buenas actuaciones en los últimos compromisos, y aprovechando la baja por sanción de David Ferreira, Jhonny Mosquera se colocaba en la posición de su tocayo de apellido Vasquez para formar la dupla de contención,  Brayan Angulo se mudaba a la banda izquierda y Martínez Borja se perfilaba como referente de área junto al resistido Feiver Mercado.

El comienzo del partido marcaba la clara intención de América de avasallar a su oponente, sobre todo con la pelota a los costados, hasta que un tremendo misil de Martínez Borja abrió el marcador, a no más de 2 minutos del pitazo inicial. A partir de esa anotación, el encuentro dejó de ser una confrontación deportiva, a un baile de salón en que América daba pasos a placer. Juan Camilo Angulo puso una pintura para el segundo Gol, el tercero vino después de un rebote que vivazmente cazó Brayan Angulo en la 16.50, y la cuarta anotación, fue producto de una bella jugada de triangulación que Mercado mandó a guardar.

América en 22 minutos ganaba, gustaba, goleaba, y dejaba casi sentenciado el partido, tanto así, que el segundo tiempo fue casi un trámite. El Rojo paseaba la pelota, tocaba a gusto, mientras Atlético sólo se abroquelaba para evitar una paliza que bien pudo quedar en los libros de historia. Pero el quinto cayó, Angulo peleó contra la pelota y contra tres contendores para poner un pase milimétrico, y otra vez, Marínez Borja, puso la pierna derecha para darle rúbrica y sello a una noche de baile de aquellos que sólo se comparan con los de la Calle Quinta en Cali.

Sí, Atlético es el colero del Torneo, armó una tremenda novela para “competir” y sólo encaja derrota tras derrota salvo algunas excepciones, pero el conjunto Americano anoche dio un golpe de autoridad, de jerarquía, y sobre todo, de fútbol bien jugado, bien planeado, y bien orquestado.

Y cabe decir que ese mismo Atlético, hasta hace unos meses, iba al Pascual, le hacía daño al América, y se llevaba  los puntos, mientras las caras lánguidas eran el paisaje del Pascual, así más que un resultado, es la demostración de que éste plantel está para pasar la aplanadora con aquel equipo que se muestre inferior, y  jugarle de igual a igual a los que igualan su nivel, tanto en el todos contra todos, como en el momento más importante, los Cuadrangulares finales. La Mecha gustó, enamoró y bailó, y sólo queda pedirle una cosa: Que el baile siga hasta diciembre, y la gran fiesta, sea el regreso a Primera División.

Cualquier sugerencia, queja, o lo que quieran manifestarme, pueden hacerla a través de mi cuenta de Twitter @ElTurcoPuertas, un abrazo a todos, y nos leemos en una próxima oportunidad en este “Rincón del Turco”, que estén muy bien.