«El equipo tiene más dudas que Samantha y Natalia» – Diego Armando Maradona, jugando para Boca Juniors en 1996

Recuerdo los muchos días de ansiedad Copera o de Campeonato que supimos vivir por cuenta del América. Las uñas carcomidas por el desespero, las horas queriendo que se pasaran fugaces para ver al Rojo, las banderas engalanando las calles de Cali y del país en general, las camisetas Escarlatas merodeando por casas, calles, edificios, restaurantes, y cualquier lugar del mundo, las tertulias recordando las proezas del pasado y lo que vendría en el futuro; pero hoy en día, esos momentos no son más que eso, recuerdos, grabados siempre en la memoria y en la retina, pero a la final, son solo recuerdos.

América recibía en una noche más de fútbol de la B al Deportes Quindío de José Eugenio “El Cheché” Hernández, técnico muy recordado por el título y la final de Copa Libertadores que disputó con el rival de patio. Sin las grandes expectativas de antaño, sin el fragor de esos recuerdos que anteriormente comentaba, haciendo casi una rutina taciturna y anacrónica ver al Rojo comenzando la semana, y tal vez más con zozobra que con esperanza la llegada de un nuevo timonel al conjunto Americano, sólo se esperaba que los dirigidos en ésta ocasión por J.J López –Quien entre otras cosas se fue por la puerta de atrás, y aun así volvió a vérsele por Cascajal- debían mostrar una leve mejoría respecto al “legado” futbolístico que dejó Alberto Suárez en el banquillo.

La historia siguió siendo tan igual como desde el comienzo de éste año, y los Cuadrangulares finales de 2015, un equipo perdido, deslucido, sin ideas, sin circuitos de juego para pensar e hilvanar alguna jugada clara de Gol en la portería de Julián Mesa –El mismo que se mandó varios Goles cuando defendía el arco Escarlata en la Libertadores 2009-. La creación no llegaba, el fútbol estaba ausente, pero apareció de nuevo, el 9, el Goleador, el que lleva salvando la papeleta casi todo el semestre; El “Tecla” Farías, el mismo que algunos acusaron de querer “hacerle la cama” a Alberto Suárez, marcó de nuevo, y el grito de Gol se desatascó de la garganta.

Pero las cosas, a pesar del Gol, lejos estuvieron de cambiar. Ayron del Valle, el Goleador del año pasado, ayer estuvo ansioso, algo impreciso, tal vez porque era el primer partido después de su lesión en el que tácticamente volvía a ponerse de cara al arco, pero tal fue su ansiedad que terminó fallando un tiro Penal. Pasaron los minutos, Quindío incluso buscaba el empate, aprovechando los desaciertos de conjunto y la lesión de Viáfara, daban rienda suelta al ataque Quindiano, hasta que apareció Neider Morantes, y con una sola pincelada en forma de puntazo, como en el barrio, le dejó el balón listo a Rivelinho Hinestroza para que pusiera el segundo, y la tranquilidad fuese completa en las huestes Americanas.

Si bien el triunfo es importante para estar en los puestos de arriba del Torneo, el funcionamiento del equipo sigue sin convencer, y hay muchas dudas en cuanto al modelo que quiere implementar América como ideología de juego. El triunfo da cierta calma, es cierto, pero no se celebra con las mismas ansias de siempre, sino que se toma con recaudos, esperando más bien si J.J seguirá al mando del plantel, o llegará un nuevo DT – Ojalá con un proyecto serio y voz de autoridad- para tratar de engranar una identidad que sea el sello de fábrica de éste América de Cali.

Cualquier sugerencia, queja, o lo que quieran manifestarme, pueden hacerla a través de mi cuenta de Twitter @ElTurcoPuertas, un abrazo a todos, y nos leemos en una próxima oportunidad en este “Rincón del Turco”, que estén muy bien.