Probablemente usted habrá escuchado esta palabra en el argot futbolístico, es un término médico que describe una lesión que han padecido muchos jugadores recreativos y de élite, incluso ha sido la causa del declive de sus carreras deportivas o de su retiro.
Recordando algunos ejemplos: grandes futbolistas como Xabi Alonso, Guti, Fernando Torres o Benzema en algún momento tuvieron este tipo de lesión, los episodios vividos por Kaká definitivamente marcaron su carrera y actualmente se especula que el mismo Lionel Messi pasa por este tipo de dolencia.
La palabra pubalgia describe un síntoma, el dolor en la región del pubis y en la región inguinal, causado por múltiples factores de diversos orígenes. Se ha planteado que el término es ambiguo y muy simplista.
La complejidad anatómica del área del pubis y la coexistencia de varios factores en su desarrollo dificultan su correcto diagnóstico y tratamiento.
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Usualmente se presenta en el futbolista con un dolor en la región inguinal, difícil de palpar y de ubicar, pues migra rápidamente, inicia sin un momento puntual identificado y va incrementando su intensidad hasta volverse realmente molesto e incapacitante.
En las fases iniciales permite jugar, incluso se subestima y ante la presión el futbolista se recurre a la aplicación de hielo, el consumo de analgésicos orales e inyectados, y en casos extremos a la infiltración de medicamentos en la zona que en vez de solucionar la lesión la complica. Desafortunadamente en esta etapa, cuando la lesión ya está instaurada, la investigación científica con los mejores tratamientos disponibles en rehabilitación plantea tiempos de recuperación total que fluctúan entre los 3 y 6 meses, si se diagnostica una osteítis en el pubis el periodo de lesión puede ampliarse y equivale a mucho tiempo de incapacidad.
¿Qué sucede en este tipo de lesión?
Hay una alteración y un desequilibrio mecánico en la labor de los músculos que estabilizan la pelvis, por eso se prefiere la denominación de la lesión como Osteopatía dinámica del pubis, esto genera zonas de carga y tensión aumentadas con inflamación secundaria. Hay que descartar otras fuentes asociadas de dolor como defectos en la pared abdominal.
El 12 % de los casos tienen ambos lados afectados, el 40% de las veces se identifica anormalidad en los músculos aductores, el manejo quirúrgico se reserva solo a casos donde se identifique una causa que se corrija con el procedimiento y el tiempo de recuperación mejore considerablemente.
¿Por qué se produce?
Existen muchos factores predisponentes: alteraciones en la postura, anormalidades en la columna lumbar y sacra, cirugías previas, irritación de los nervios locales, sobrecarga repetitiva, déficit en los períodos de recuperación, incluso superficies inadecuadas de juego e infiltraciones previas. Sin embargo, el factor principal es alteración dinámica muscular, que incluye acortamiento o déficit en la función de los músculos aductores, debilidad de los isquiotibiales (músculos posteriores del muslo), debilidad del músculo glúteo medio, asimetrías (diferencias entre lado derecho e izquierdo del cuerpo) en el fortalecimiento.
Por esta razón, el tratamiento necesariamente incluye la corrección de estas anormalidades con series de ejercicios de rehabilitación en agua y en tierra, con bandas elásticas y con movimientos que inicialmente no se consideran habituales en el fútbol pero que van evolucionando progresivamente hacia ejercicios específicos de fútbol, luego al contacto con el balón y al reintegro a la práctica. Allí puede marcarse la diferencia, aplicando los métodos de rehabilitación que han sido efectivos en los futbolistas profesionales, apoyándose en la tecnología y en el conocimiento de personal experto para minimizar la incapacidad y las recaídas.
Debe instruirse a todos los jugadores desde etapas tempranas en saber identificar y avisar a tiempo para detectar y tratar rápidamente esta lesión. En caso de que ya esté instaurada, la paciencia y el trabajo de rehabilitación diario y prolongado son fundamentales para eliminar las causas.
El trabajo más importante es su prevención, que incluye la corrección de los errores en el gesto técnico, el fortalecimiento correcto y progresivo de todos los segmentos musculares que estabilizan la pelvis, corregir los déficits y las asimetrías. Seguir el link: https://www.youtube.com/watch?v=DVnJFrnBMn8
De esta forma se evitará que una lesión de este tipo arruine el desempeño deportivo y la carrera de un buen jugador que debe estar en el 100% de condición de salud para rendir.
Edgar Galeano MD
Especialista en Medicina del Deporte