La práctica constante del deporte es una de las actividades más beneficiosas y saludables para mantenerse en forma tanto física como mentalmente. Las ventajas y los resultados de realizar ejercicio físico se ven reflejadas en un organismo sano con el que se pueden evitar enfermedades cardiovasculares, respiratorias, o músculo-esqueléticas, o entre otras.

Sin lugar a dudas, hacer ejercicio ayuda a mejorar la calidad de vida y a elevar nuestra autoestima. No obstante, ¿los deportistas de élite (quienes tienen una disciplina como estilo de vida) deberían practicar deportes que impliquen alto riesgo?

El deporte de alto rendimiento somete al cuerpo y la mente a un ritmo de alta exigencia e intensidad. Un deportista de élite, por sus características, conserva condiciones físicas y mentales muy exigentes que no puede evadir fácilmente. La mayoría de deportistas de grandes ligas del mundo viven con restricciones muy estrictas en cuanto a las horas de entrenamiento, la alimentación, las horas de sueño y demás.

Adicionalmente, los deportistas deben hacer un sacrificio familiar y social. En muchas ocasiones viviendo en otras ciudades, o simplemente, dejando de lado ciertos espacios para dedicarlos de lleno a mejorar el rendimiento deportivo y avanzar en resultados. Aunque de momento se pensaría que el organismo de un deportista es el más saludable, con el paso del tiempo esas situaciones exigentes pasan factura.

Para muchos el ejercicio, más allá de ser su estilo de vida, se convierte en una pasión difícil de dejar. Por eso es común ver que los deportistas de alto rendimiento en sus tiempos libres practican otros deportes. El debate en cuestión es si deberían forzar a su cuerpo a más trabajo físico, especialmente, cuando se trata de deportes de alto riesgo.

Según nos comentan desde este portal especializado en escalada deportiva y boulder no es frecuente que los deportistas de élite practiquen deportes de montaña ya que ninguna compañía aseguradora cubrirá los riesgos producidos por una lesión de este tipo de deportistas practicando deportes como escalada, esquí o montañismo.

De la misma manera ciertos viajes como por ejemplo hacer un trekking por los Anapurnas u otras montañas míticas suele estar vedado para deportistas de élite

El deporte de élite somete al cuerpo humano a situaciones físicas extremas que, en muchas ocasiones, tienen repercusiones a medio y largo plazo. Estos efectos perjudiciales se generan por el exceso en el tiempo que se dedica al entrenamiento y por la intensidad del mismo.

Los principales problemas físicos por el exceso de ejercicio son oxidación y envejecimiento celular. Cuando un deportista se excede en ejercicio acelera el proceso de envejecimiento ya que el cuerpo libera una mayor cantidad de radicales libres. Esto, además, también pone a que el organismo esté predispuesto a sufrir enfermedades como el asma, Parkinson y artritis.

A hacer demasiado ejercicio, las articulaciones se deterioran más rápidamente porque se le restringe el descanso entre una sesión de ejercicio y la otra. Hay que tener especial cuidado con partes del cuerpo como las rodillas, las caderas o la columna, que pueden verse afectadas por esta causa.

Otras de las consecuencias son perder masa muscular, el aumento de problemas cardiacos y circulatorios, riesgo a lesiones, y demás.

Por esto, es indispensable tener momentos de descanso oportunos luego de hacer ejercicio. Sobre-exigirse más de lo normal puede acarrear consecuencias tan peligrosas como de quien no practica nunca actividad física.