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Al partido Nacional-Millonarios lo hemos catalogado cómo el “super-clásico” del fútbol colombiano. Esa categoría le queda algo grande. Pero si es el que más pone en evidencia la violencia y la irracionalidad de nuestras hinchadas.
Cuando Boca y River se enfrentaron por primera vez, en 1914, pertenecían al mismo barrio. Ambos clubes se peleaban por ser el mejor en un territorio determinado. Luego River se trasteó dos veces, pero esa rivalidad que lleva 100 años , divide a un país, desde la Quiaca hasta Ushuaia. Por otro lado, la rivalidad entre el Madrid y el Barcelona se radicalizó cuando Di Stéfano paso al Madrid y se potencializó en los años porque realmente es un España-Catalunya. Irracional también, pero trasciende lo deportivo.
La rivalidad Nacional-Millonarios realmente lleva 24 años y no tiene la tradición de un Boca-River ni la diferencias de “rolos” y “paisas” se puede comparar con las diferencias entre madrileños y catalanes. Antes del 26 de abril de 1989, cuando se enfrentaron por los cuartos de final de la Copa Libertadores, Nacional y Millonarios era un partido más entre el equipo más grande de Colombia -Millonarios- y uno de los más importantes del país. Hasta que apareció el árbitro Hernán Silva y ese partido intrascendente se volvió en el “Super-clásico” más importante del fútbol colombiano y en una “guerra” que lejos de pararse la seguimos prolongando en el tiempo.
Nacional-Millonarios es un “partido de magnitud” de dos de los tres más grandes equipos del país pero no alcanza a tener la categoría de clásico de un Boca-River y un Nacional-Peñarol, ni siquiera de un Universidad de Chile-Universidad Católica ni un Alianza Lima-Universitario. ¿Cuándo se ha visto un Boca-River con un estadio semi-vacío cómo siempre pasa cuando azules y verdes juegan en Medellín? ¿Cuándo el “Beto” Alonso y Ramón Díaz dijeron que el rival de River es Independiente y no Boca cómo si lo hizo Víctor Aristizábal, que afirmó que antes de Millonarios para Nacional viene Medellín y América?
Sin embargo, puede que este partido no sea un gran clásico pero si es el que despierta más odio y más irracionalidad en nuestro fútbol. ¿Cuándo comenzó está locura? ¿Cuando Pimentel dijo que el fútbol del Nacional y de Maturana era un “futbolito”? ¿Cuando Iván Mejía fue amenazado de muerte por tomar partido a favor de Millonarios a tal punto que desde el 87 no puede pisar Medellín? ¿Cuándo Hernán Silva y Fernando Chapell tomaron decisiones arbitrales que perjudicaron a Millonarios en la Libertadores? o ¿cuándo la hinchada de Millonarios empezó a cantar “Andrés Escobar, paisa H.P no existe más” cómo un grito de guerra y de provocación?
En momentos en que escribo esta columna, la Secretaría de Gobierno de la Alcaldía de Bogotá y su Alcalde Mayor Gustavo Petro acaban de suspender un partido que si bien tenía cómo atractivo la posible perdida de un invicto de 23 fechas por parte de Nacional no justifica la vida de nadie y menos cuando esa semilla que sembramos todos se expande en todas las calles del país con el famoso argumento alimentado desde el odio en el que: ” azules y verdes son rivales a muerte y se deben odiar hasta morir“.
Es difícil pedirle cordura a una rivalidad nacida por un odio inmenso -surgida en 1989, cuando los dos equipos estaban hasta los tuétanos untados del narcotráfico- que en vez de acrecentarse se sigue alimentando cada día más. Los dos muertos que ha dejado este partido, son producto de una batalla en la que términos cómo “provincianos“, “gallinas“, “sicarios” son sólo la punta del iceberg de un país enfermo que se ahoga en su propia sangre.
La violencia en los estadios no sólo se presenta en este partido. Sucede en cualquier Once Caldas-Pereira, en cualquier Real Cartagena-América y en cualquier Chicó-Patriotas. Sólo que este juego, el más importante de nuestro fútbol, en vez de reflejar gestas, espectáculo y lucha deportiva, refleja lo peor de nosotros mismos. La lucha por ser “el más grande del país“, ni siquiera “del más grande de la Comunidad Andina“, ha perdido todas las proporciones. Si esto sucede en un partido en el que Nacional va a jugar con suplentes que podríamos esperar de una final por el fútbol colombiano. ¿La guerra del Fútbol de Kaspuscinsky, versión siglo XXI?
Pero lo que más me indigna es que ahora todos parezcamos santos y digamos que es una cuestión de desadaptados, que el “fútbol hay que vivirlo en paz”, que hay que erradicar a las barras bravas cómo en Inglaterra y que hay que judicializar a los hinchas. Algo se ha avanzado pero falta mucho. El problema es que cada mensaje gastador al rival en redes sociales, cada burla, cada razonamiento destructivo de “paisas sicarios” y “rolos h.p” crea ese clima de odio que genera muertes por un color. Ni siquiera por una ideología y una religión.
Es hora que tanto medios de comunicación cómo hinchas asumamos nuestra responsabilidad y dejemos de generar esos enfrentamientos absurdos, mientras Nacional y Millonarios cambian de jugadores entre sí, cómo si nada. No sabemos ser rivales sin agredirnos. Yo me siento muy mal porque siempre he alentado la rivalidad y he degradado a Millonarios, cómo mi gran adversario. Me comí el cuento, cómo tantos otros. Y esa rivalidad del “superclásico” del fútbol colombiano, ese cuento, generó las dos muertes de ayer y hoy. No es sólo cuestión de desadaptados.
Pero quien es usted para juzgar en comparaci
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Este desorden, violencia y analfabetismo en el F
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Honestamente hablando se puede calificar de grande a un equipo que en los ultimos 25 anos ha logrado solo un titulo, que no ha ganado nada a nivel internacional, que cada vez que sale al exterior nos deja en ridiculo, que ni siquiera tiene un jugador en la seleccion colombia, que en la decada anterior estuvo a punto de pelear el descenso, que no produce jugadores de su cantera? una cosa son los recuerdos y otra muy diferente la realidad
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Nacional 12; Millonarios 14. Desde el a
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(1 Parte) De todos los an
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(2da parte) La violencia est
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El error en su an
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En los a
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La rivalidad en si entre Nal y Millos creci
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Lo que t
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En realidad lo que genera esta rivalidad es la desinformaci
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Los principales culpables son el narcotrafico y los comentaristas de futbol, quienes en cada region crearon rivalidades y odio entre colombianos. A la mejor seleccion de Colombia en todos los tiempos la trataron como Rosca Paisa. sin tener en cuenta que los mejores jugadores eran vallunos como Rincon y Asprilla o costenos como el Pibe e Iguaran. Siempre despotricando contra Maturana y los paisas ordenados y disciplinados que jugaban. Carlos Antonio Velez, Ivan Mejia Alvarez, Oscar Renteria y hasta el mismo Edgar Perea y otros mas, actuaban como voceros de lo que querian los capos.
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Ese cuento del supercl
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Amigo fercab2 creo que no has entendido el mensaje del columnista. Debemos quitarnos esa agresividad, insultos, improperios y violencia al otro. Esto es culpa de todos, vuelvo y repito: DE TODOS! unos por ser actores activos y otros por ocultar el problema. Ac
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Descaro es que ni Nacional ni Mill8s hayan pagado lista Clinton con toda la mafia y muertos que aportaron sus capos, los peores del pais. Ademas ese cuentico del superclasico se lo han inventado los rolivianos, el clasico en colombia es america-nacional por tradicion y rivalidad de regiones deportivas, o que me digan cuantos juegos nacionales es que ha ganado bogota pues.
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Eso cl
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Recordar que puede que tu equipo sea el mejor y el otro el malo, tiene dolientes e hinchas que sienten la misma pasi
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El regionalismo absurdo est
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Menos ganamos haciendo el rid
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Los comentarios a esta columna difieren muy poco a los que han hecho de un partido de f
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La grandeza, en cualquier contexto, no solo se debe adquirir sino que se debe mantener a trav
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La rivalidades del futbol son tradicionales pero precisamente lo destructivo es cuando pasan al plano irracional. Aunque nunca lo asume y al contrario descalifica a quien pone este punto, la prensa es gran responsable de lo que ocurre en Colombia relacionado con la violencia de los hinchas. Desde los a
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Solucion: multas a todos aquellos que participen en ri
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Pero aqui la discusion no se trata de eso, se trata de bajarle a las revoluciones, empezando por la parte hablada y escrita, a ver si esto trasciende un poco a la vida real. evitar la violencia verbal, evitar los remoquetes (8narios, anal, casi, aberica, burras). creo que la mas gloriosa y noble forma de “agredir” a una hinchada es futbolisticamente darle un paseo con goleada incluida, a eso debemos volver, a que el gozo sea futbolistico y a que las penas sean deportivas y no de heridos y muertos.
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Se
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Nuestras ganas de ganarle siempre a nacional son precisamente eso, hacerles ver q ellos son dis q grandes por q crecieron gracias a cochinadas!!!! y vinieron a ser medianamente reconocidos despues de mas de 30 a
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TIENEN razon, Millos vs naci…. no es clasico, simplemente por q ese equipo vino a ser dis q grande hace 30 a
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En eso estoy de acuerdo, los cl
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Esto es tan increible que si no lo hubiera visto confesado por un mismo jugador de Millonarios no lo hubiera creido
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Gran parte de la rivalidad es porque tal como lo dijo la Gambeta Estrada en varias entrevistas que se encuentran en internet en los 80 los jugadores de Millonarios jugaban dopados y con arbitros comprados. El Gambeta explico como el departamento medico de Millonarios les daba el doping y conto anecdotas de conversaciones con arbitros durante el partido para acordar el cobro de penales. (Estas entrevistas con videos y todo estan en internet)
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Siendo sinceros para los bogotanos es cl
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Un par de los comentaristas previos, leyeron pero no entendieron la idea del art
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Lo de super-clasico solo se lo dan los periodistas capitalinos, ac
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Es superclasico, por la cantidad de hinchas que tienen, no por mas, porque son los dos equipos colombianos que mas sentimientos generan ( a favor o en contra). Pienso que no se trata de desaparecer la rivalidad, sino de devolverla a terminos estrictamente deportivos, alentar a un equipo de futbol es de por si un hecho irracional.. se debe tratar de volver a los dias en que la mejor hinchada era la que ganaba en colorido, en presencia y en acompa
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Esto de supercl
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